Periodismo en peligro de extinción

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Una despedida. No hay mejor comienzo que el fin de una etapa y el inicio de la siguiente. Es así como comienza la película Spotlight, una vez que el director del periódico Boston Globe deja su puesto de trabajo, para ser sustituido por uno nuevo, Baron.

La trama se desarrolla en 2001, año en el que el equipo de investigación del periódico, Spotlight, ante la llegada del nuevo director y bajo petición de éste, emprenden un trabajo de investigación sobre los abusos de un sacerdote de Boston. Gracias al contacto con diversas fuentes, el equipo consigue definir cada vez mejor el plan que seguir para desentrañar el problema. Una situación inesperada ocurre y hallan que se trata de una red de delitos sexuales contra menores, encubiertos por la Iglesia en la ciudad. El film lo enfoca todo desde la perspectiva de los periodistas, que tienen que trabajar en equipo y a la vez luchar contra sus principios morales, puesto que como profesionales y como personas quieren difundir la noticia cuanto antes para informar y proteger a los ciudadanos. Actualmente, el tema de los abusos a menores por parte de obispos o representantes religiosos está en boca de muchos. Un claro ejemplo lo encontramos en el Dalai Lama o el Papa Francisco, que en sus comunicados denunciaban recientemente esta lamentable actuación de sus representantes.

Sin embargo, si hay algo que se puede destacar, es el importante papel que cumplen los medios a la hora de transmitir la información y que no es posible mantener equipos de investigación en la actualidad. Los tiempos cambian y las redacciones de los periódicos pasan a disponer de una plantilla muy reducida y a la que le resulta imposible dedicar tiempo a temas al margen de lo inmediato y urgente del momento. Otra situación que hay colgar con pinzas y poner a secar, reside en el hecho de que esa falta de tiempo por parte de los profesionales de los medios de comunicación permite cometer errores de proporciones titánicas por falta de contraste de información, y que esos fallos tienen la capacidad de manchar la imagen de ciertas instituciones, empresas e incluso de destrozar la vida a las personas. Reunir un equipo que se dedique a una tarea de investigación, comprometido, profesional y trabajador, requiere un esfuerzo tan intenso que los medios desisten en la idea de intentarlo, a pesar de que las noticias ya no son lo que eran, buscan el titular más llamativo a costa de información relevante para el lector o el ciudadano, y los verdaderos trabajos periodísticos escasean.

Quizás el motivo por el que los periodistas ya no se dediquen a la investigación pueda ser cuestión de seguridad. Recientemente, asesinaron a una periodista en Bulgaria, Victoria Marinova, y se sospecha que ha sido a raíz de alguna información que difundió en su programa. Otros redactores han tenido la misma suerte en los países de la Europa del este como Ján Kuciak o Daphne Caruana Galizi.

Tal vez lo que se hace necesario para ser un buen periodista no va más allá de tener interés por el trabajo, valor para compartir información que puede perjudicar a las personas y, sobre todo, tener un sentido ético, moral y crítico, a la hora de difundir dichos hechos, datos o situaciones.

Razón: Artículo de opinión en el marco de la asignatura Periodismo de investigación y basado en la película Spotlight (2015) de Thomas McCarthy.
Temática: Papel de los medios de comunicación y del periodismo para difundir temas relevantes y problemas para desarrollar periodismo de investigación.
Alumnos: Ángel Martínez Mínguez.
Curso: 2018-2019.
Asignatura: Periodismo de investigación.

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