Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza, significando esto que estamos en una constante y necesaria interacción con los demás. Las sociedades de las que todos formamos parte se conforman por una serie de reglas y relaciones que dirigen todas las actividades de sus miembros.
Partiendo de esta base, qué son los estereotipos.
Todos hemos oído hablar de ellos, y mayoritariamente los usamos, puesto que son creencias compartidas por los diferentes miembros de una misma sociedad acerca de las características o rasgos que presentan un grupo de personas.
Dentro de los estereotipos, debemos hacer una división con base en las dimensiones existentes:
- Dimensión descriptiva: es aquella en la que se describen las cualidades, rasgos o actividades, entre otros, que realiza un grupo social determinado.
- Dimensión prescriptiva: es la encargada de castigar a aquellos miembros de los grupos señalados que no cumplen las acciones estipuladas para su grupo.
La base de los estereotipos generalmente es incierta, pudiendo provenir de diferentes relatos históricos, experiencias vividas por algún miembro, mitos urbanos o percepciones simplificadas.
Estas premisas suelen presentar un fondo de verdad, teniendo alguna pequeña parte que pueda ser cierta o que en algún momento de la historia lo ha sido, sin embargo, han sido exageradas o simplificadas de una manera en la que ya no son lo veraces.
¿Para qué sirven los estereotipos?
Lo cierto es que suponen un ahorro cognitivo a la hora de procesar la información de las nuevas personas que vamos conociendo a lo largo de la vida. Cuando se presupone que un sujeto va a presentar determinadas cualidades simplemente por su lugar de origen, nuestro cerebro nos genera diferentes reacciones al respecto de una manera automática.
Partiendo del idílico funcional, hay que tener en cuenta los riesgos que tiene no conocer a las personas en profundidad y quedarse simplemente en lo que “debe ser alguien” por su pertenencia a un determinado grupo.
¿Cómo se pueden reducir los estereotipos?
Aunque son procesos inconscientes, cuando aparecen ejemplares que contradicen lo que “creíamos” la disonancia cognitiva, el malestar, que se nos genera nos hace ir valorando la modificación de nuestras creencias.
Sin embargo, es un tema que se sigue debatiendo en la actualidad ante la presencia de diversas teorías. Entre la variedad teórica disponible, podemos encontrar que el contacto con el grupo estereotipado permite la reducción de esas ideas, la presencia de ejemplos prototípicos contrarios puede ayudar a evidenciar la verdadera realidad de un grupo, o la necesidad de confirmaciones dramáticas, todo dependiendo de la escuela psicológica desde la que se analice y las creencias individuales de los autores en sus experimentaciones.
¿Cuáles son los principales estereotipos?
Aquí, en este punto, es donde vamos a darnos cuenta de que los estereotipos nos perjudican a todos, puesto que dependiendo de la situación podemos ser nosotros los que estamos “juzgando” al resto o los juzgados.
Los estereotipos principales son:
- Género: marcando los comportamientos apropiados a realizar por hombres y mujeres.
- Raciales: cualidades preasignadas a los miembros pertenecientes a diferentes razas.
- Religiosos: rasgos asumidos de los diferentes miembros de un grupo religioso, tanto actitudinales como de creencias.
- Culturales: creencias generalizadas y simplificadas acerca de los comportamientos y rasgos de una cultura concreta y de sus miembros.
- De edad: cada vez en un auge mayor, son las creencias de las cualidades, gustos, actitudes, pensamientos y voluntades de un grupo concreto de un entorno de edad o de una generación.
- Personas con discapacidad: pese a que cada vez es mayor la integración de las personas con cualquier tipo de discapacidad, diversos testimonios indican la negación que hay en la sociedad, anclándoles como personas sin capacidad de realizar diversas acciones tales como tener una vida laboral.
Finalmente, y como conclusión, los estereotipos son una parte adscrita a nuestras relaciones e interacciones con las otras personas tanto de nuestra sociedad como de las demás, moldeando nuestra manera de ser y de actuar con los otros. Sin embargo, es esencial conocer su base y su origen, limitado, por tanto, su veracidad y el condicionamiento que nos generan.
La diversidad, lejos de ser un conflicto, es riqueza. El respeto es esencial para poder crear lugares inclusivos y empáticos para todos los miembros que forman parte de la sociedad. Cada persona tiene un valor único, debiendo ser valorada de forma individual.
Razón: La alumna de 3º del Grado en Psicología, Claudia Roldán García, colabora con el blog Vuélcate en su sección bimensual Desde el trasfondo para abordar cuestiones de actualidad relacionadas con su especialidad, desde la opinión y el análisis.
Temática: Estereotipos en la sociedad. Vivimos en una sociedad llena de estereotipos que condicionan en gran cantidad los actos de las personas, ¿y la nuestra?
Alumnos: Claudia Roldán García.
Curso: 2023-2024. 3º Grado en Psicología presencial.
