Bibliotecas, bibliotecarios y tercera edad: Dulcilea

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El envejecimiento es una tendencia común en todas las sociedades avanzadas y el bienestar de las personas mayores preocupa cada vez más a éstas.

Las bibliotecas proporcionan servicios y actividades que sirven como medio de evasión y entretenimiento a las personas mayores, contribuyendo a paliar en parte, el problema de la soledad, tan presente en este colectivo de personas.

A través de las bibliotecas, las personas mayores pueden beneficiase de los efectos positivos de la lectura de libros y revistas en préstamo; del acceso a la información de calidad, alejándolos de las “Fake news”; de la cultura mediante la extensión bibliotecaria en forma de conferencias o talleres intergeneracionales donde pueden transmitir y compartir con su comunidad su experiencia de vida; y de la adquisición de las habilidades informacionales y digitales a través de la formación de usuarios que en ellas se imparten.

Con el fin de atender sus necesidades específicas, como pueden ser libros escritos en grandes caracteres, audiolibros, charlas de su interés, materiales sobre aspectos del envejecimiento activo, aprender a usar las nuevas tecnologías,e incluso aprender un idioma si gozan de buena salud, las bibliotecas a través de sus bibliotecarios, trabajan en conocerlas, directamente, a través de sus propios usuarios de este colectivo, pero también, a través de los agentes sociales que trabajan por y para ellos llegando de esta forma a aquellos que no pueden o no suelen visitar la biblioteca.

Sin embargo, la “nueva normalidad” que estamos viviendo en este tiempo de pandemia debido a la COVID 19 está siendo especialmente difícil para este grupo social, siendo, asimismo, el más afectado por la actual emergencia sanitaria.

Las bibliotecas cerraron sus puertas en marzo y reabrieron con limitaciones de aforo y servicios y actividades mermadas presencialmente o trasladadas al entorno digital. Entonces, ¿Qué sucede con aquellas personas mayores que no pueden desplazarse a la biblioteca por encontrarse contagiadas o en cuarentena o incluso en residencias de ancianos donde no se les permite salir y tienen limitadas las visitas? ¿y con aquellas otras que no cuentan con las habilidades necesarias para beneficiarse de la prestación de los servicios, recursos y actividades en formato digital?

A ellas, tampoco las bibliotecas las dejan atrás, y fueron y son muchas las iniciativas que se desarrollan para el acompañamiento y atención de personas mayores. Reparto de libros a domicilio, acompañamiento de mayores y lecturas por teléfono o redes sociales, reuniones intergeneracionales virtuales, clubs de lectura a través de whatsapp, tutoriales de uso de distintos servicios bibliotecarios, son algunos de los ejemplos de las mismas[1]

Desde la Biblioteca de la Universidad Europea Miguel de Cervantes junto con el Servicio de Voluntariado y Acción Social de la Universidad y la Asociación Vallisoletana de Ayuda a la Ancianidad y a la Infancia (ASVAI) queremos contribuir a atenuar estas necesidades que la pandemia ha visibilizado y aumentado en las residencias de Tercera Edad. Por ello del 14 al 22 de diciembre realizaremos una campaña de recogida de revistas divulgativas y sociedad, crucigramas, sudokus, sopas de letras, y materiales similares con el fin de facilitar la distracción de nuestros mayores. No olvidemos que los recursos disponibles en las residencias no abarcan en periodos de cuarentena para todos los usuarios, por los procesos de desinfección que requieren, y por el plan de Contingencia, que no permite trasladar elementos de un espacio a otro del Centro para mantener la sectorización de la Residencia.

¡Anímate y colabora!

[1] https://www.facebook.com/BibliotecasPublicasPersonasMayores/

Razón: Los nuevos alumnos que inician sus estudios en la universidad han de conocer todos los recursos que ésta pone a su alcance para ayudarles en la consecución de sus objetivos. La Biblioteca Universitaria es uno de ellos y es más que una simple sala de estudio. De ahí, surge Dulcilea.
Temática: Las bibliotecas son un servicio esencial para la comunidad, y especialmente para los colectivos más vulnerables como el de la tercera edad, incluso en tiempos de pandemia.
PAS: Mercedes Santiago Calvo. Biblioteca Universitaria.
Especialización: Acceso a la información.

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