Bulos y fake news: Covid-19 y periodismo en la era digital

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Desde hace un tiempo, el periodismo está sufriendo por la aparición de los bulos o las fake news y, aunque parece algo novedoso surgido a través de las redes sociales, es un fenómeno muy antiguo. Por este motivo, nuestra profesión se ha visto obligada a crear plataformas, como Maldita.es, que se dedican a desmentir bulos y a contribuir para evitar que el mundo caiga en la desinformación.

El problema principal en la aparición de bulos es el alcance que pueden llegar a tener en nuestra sociedad y la pandemia de la Covid-19 ha incrementado notablemente su crecimiento. Las teorías conspiratorias y los negacionistas han existido siempre, pero ahora son muchas las figuras públicas que llevan la contraria al virus y a las medidas sanitarias que quieren erradicarlo. Su metodología principal es la creación o la sustentación de mentiras, tanto en medios de comunicación como en sus propias redes sociales.

Un claro ejemplo es Miguel Bosé, un cantante español con un gran número de seguidores y fans. Su actitud y su capacidad para apoyar a las fake news sobre la enfermedad dejan mucho que desear y son muchos los usuarios en redes sociales que lo critican, pero ¿alguien se ha parado a pensar en el peligro que supone? Al ser una persona famosa, su opinión tiene cierto poder sobre la gente que le apoya, pero la difusión de mentiras e ideas negacionistas puede acarrear consecuencias muy negativas para la sociedad, especialmente en un momento tan vulnerable. ¿Sería posible que a causa de la desinformación, la humanidad negase una realidad? A la vista está que cada vez la sociedad es menos crítica con lo que sucede a nuestro alrededor y que busca la salida más sencilla para explicarse hechos complejos, por lo que el hecho de informarse mal podría dar pie a que muchísimas ideas erróneas se convirtiesen en reales.

Un sector que fomenta la aparición de noticias falsas es el de la publicidad y el marketing. En muchas ocasiones, los publicistas y las empresas utilizan argumentos sustentados en mitos para que consumamos sus productos y la ciudadanía no suele poner en duda algo tan atractivo como un anuncio. El mundo publicitario, a veces, utiliza afirmaciones que sabe que su audiencia no va a contrastar, ya que son cada vez más las personas que dan por sentado que lo que leen en Internet es lo correcto. No pretendo echar la culpa a otros sectores de la mala praxis del periodismo, ni de que la sociedad esté mal informada, pero detrás de un anuncio hay muchas empresas interesadas cuyo fin es ganar dinero con las mínimas responsabilidades. Un mito impulsado por el marketing es el típico: “el desayuno es la comida más importante del día”, sustentado en que es la primera comida del día, aunque no haya ningún tipo de estudio científico ni de salud que lo confirme. Esta mentira la creó Lenna Frances, una nutricionista que trabajaba en una revista editada ni más ni menos por el creador de la famosa marca de cereales Kellogg’s. ¿Aún dudan de lo que digo? Un bulo puede generarse por muchos intereses y, en este caso, es el económico.

Pero no todo es culpa de Internet, de las redes sociales o del interés económico de las empresas, ya que los propios periodistas también pecamos de alimentar bulos y que perduren en el tiempo. Son muchos los colegas de profesión que creen que una noticia es mejor si se publica antes que los medios de la competencia y esto hace que el periodismo pierda veracidad. Por culpa de la prisa, los informadores comienzan a escribir sin pensar y cometen uno de los peores pecados del periodismo: no contrastar la información, dejarse engañar y, sin querer, engañar a todos los seguidores de su medio de comunicación.

A raíz de las mentiras que podemos leer en las redes o, incluso, en periódicos serios, estamos dejando de tener un pensamiento crítico para tener un pensamiento antisistema, que provoca que sus seguidores se lo crean a pies juntillas. Pero dudar y hacerse preguntas nos incita a informarnos y a contrastar todo aquello que leamos. Si esto no sucediese, y continuásemos haciendo caso a todo lo que se nos dice, lo único que conseguiremos es seguir alimentando a los bulos y dejando una sociedad decadente, sin ningún tipo de criterio.

Razón: Los alumnos realizan un artículo de opinión sobre la charla online organizada por el Museo de la Ciencia de Valladolid: ‘Este bulo es un tardígrado: las mentiras más resistentes de la ciencia y la tecnología’. Se llevó a cabo el 27 de abril en el marco de las Jornadas Increíble… pero falso.
Temática: Periodismo especializado.
Alumnos: Ana Lucas Antolín.
Curso: 2020-2021.
Asignatura: Psiquiatría forense.

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