Capítulo 11: Las pesadillas también son sueños

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En mitad de la noche, Crystal despertó de golpe. Se sentó apoyado en la pared y se sujetó la cabeza. Se giró, Ángela dormía tranquila. Respiró aliviado y le besó la mejilla haciendo que se despertara.
– ¿Qué haces despierto, enano?
– Nada, tranquila, una pesadilla, duerme y perdona.
Se colocó apoyándose contra la pared y con la cabeza en su hombro.
– Ángel, ¿qué has soñado?
– No tienes que preocuparte por eso, enana. Solo era un sueño, no va a ocurrir en la realidad.
Le colocó el pelo tras la oreja.
– Siento haberte despertado, duerme un poco más, peque.
Se tumbó un poco más abajo, dejando su cabeza en su pectoral, como de costumbre. Él puso la mano sobre su cabello.
– No me lo vas a contar ¿verdad?
Sonrió débilmente.
– Si quieres lo hago, aún me acuerdo, pero solo haría que rumies otras ideas; no creo que debas saberlo.
Le rodeó con sus brazos.
– Enano, no tienes que protegerme de ti. Tranquilo, quiero que te desahogues. No tengas miedo.
Volvió a sonreír y comenzó a deslizar sus dedos por la parte superior de su espalda.
– Siempre te voy a proteger, incluso de mí. No tengo miedo, era una pesadilla; nada más.
– Los sueños se cumplen; y las pesadillas también son sueños.
– El único sueño que se me ha cumplido es el de tenerte a mi lado.
– Qué don Juan. ¿De dónde la has sacado?
Crystal sonrió.
– No lo sé, pero es verdad idiota. Ya te lo he dicho muchas veces: eres lo mejor que tengo y tendré.
Ángela comenzó a jugar con sus dedos por su pecho.
– Estás huyendo del tema.
Crystal volvió a sonreír y le besó en la frente.
– También te has dado cuenta ¿no?
– Te conozco quieras o no.
Se tumbó de lado, quedándose totalmente pegados nariz con nariz.
– ¿Y esto lo esperabas?
Ella sonrió.
– Sí, sigues huyendo. Amor, ¿qué pesadilla has tenido? Si no quieres hacerlo, dímelo, no pasará nada, pero no evites el tema.
Crystal sonrió de nuevo muy tristemente.
– Eso te lo dije yo un día después de que tuvieras entreno y mírame ahora.
– Lo sé…
– Antes era más seguro de mí mismo, más fuerte.
– Sigues siendo el mismo cabra loca del que me enamoré. Lo veo y lo sé. Lo que te pasa es que tienes miedo de que me pase algo; miedo que antes no tenías. No me va a pasar nada nunca, si te tengo a mi lado. Deja de escucharlo.
La besó.
– No consigo hacerlo. ¿Te acuerdas que me preguntaste si yo también sentía eso, cuando lo de mi hermano?
– Sí, me quedé dormida antes de que contestaras. ¿A qué viene ahora?
– Puf, a ver…
– Tranquilo, no hace falta.
– Lo sé, amor, pero quiero hacerlo aunque cueste, encima así me sirve de entradilla para la pesadilla. Te mereces saberla, sobre todo por haberte despertado.
Sonrió y le dio un pequeño beso en la mejilla.
– Ves cómo eres el mismo de siempre, petardo.
– A un cristal solo se le puede romper una vez. Cuando ya está roto, no se le puede volver a romper ni pegar.
Ángela entornó los ojos.
– Y así se jode el momento.
– Perdón, enana, no se me da bien hablar de estas cosas.
Le sujetó el mentón.
– Lo sé, imbécil, no tienes que hacerlo, nos queda un poco para dormir. Buenas noches, ángel.
– Gracias, peque. Dulces sueños, ángel.
Le besó la frente y se quedaron ahí acurrucaditos. Ángela le rodeaba con sus brazos y estaba con la pierna derecha entre sus piernas. Él le dejaba uno de sus brazos como almohada.

Para una lectura más rápida o involucrarse más en la historia también estoy en mi blog: salvamedemimismo.wordpress.com o en Wattpad: Sálvame…de mi mismo @hija_de_osiris

Razón: Oculta bajo el seudónimo de Radio Rebelde -como en la película de Disney- está una persona ambiciosa y enamorada de una historia que es mucho más de lo que parece al ser leída. Es la única forma que tengo de expresarme luchando contra mi miedo de ser juzgada.
Temática: Historia de ficción, de luchas, amores rotos, otros correspondidos y reflexiones sobre todo pese a ser en contra de lo estándar.
Alumnos: Radio Rebelde.
Curso: 2020-2021.
Profesor responsable: Carolina Pascual Pérez (Dpto. Ciencias Sociales).

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