Pide un deseo

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La llama bailaba. Cerré los ojos y te vi a ti. Bueno, en realidad nos vi a nosotros. Y te pedí a ti.
Las luces estaban apagadas, y la llama bailaba quemando el negro aire de la estancia. El calor que emitía el pequeño fuego de la vela ascendía hasta mi cara, iluminando mi rostro de un color naranja, cálido. Mis ojos reflejaban el movimiento serpenteante que emitía encima de la tarta de mi cumpleaños.
Cerré los ojos y te vi a ti. Vi como tus labios se arqueaban, regalándome una sonrisa sincera. Tu pelo rizado caía sobre tus ojos, que, acompañando a tu sonrisa, emitían un destello de felicidad. Sentí tu voz grave susurrar en mi oído, como si de un leve crepitar se tratase. Te vi a ti y, sin ser fuego, me hacías arder.
Bueno, en realidad nos vi a nosotros. Vi cómo nos cogíamos de la mano y nuestros dedos ardían ante el roce de la piel del otro. Nos vi besándonos en cada esquina de la capital, sabiendo que Madrid, pequeño, nunca cobijaría en sus calles un incendio tan bonito. Nos vi buscándonos en sueños, ardiendo sobre las sábanas deshechas. Cómo buscaba perderme en tu cuello y aspirar tu olor, tan fuerte que me mareaba.
Abrí los ojos, aturdida por esa sensación tan embriagadora. La llama seguía bailando frente a mis ojos.
Soplé.
Y te pedí a ti.

Razón: La alumna de Comunicación audiovisual, Irene Soto Gutiérrez, comparte un texto suyo con la comunidad UEMC y lo presenta al III Concurso vuelcatero 2021-2022.
Temática: Amor y atracción.
Alumnos: Irene Soto Gutiérrez.
Curso: 2021-2022.

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