El futuro del medioambiente está en tus manos, hablemos de turismo responsable

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Jungla de Borneo (Indonesia), donde el turismo se convierte en una alternativa a la explotación forestal
Jungla de Borneo (Indonesia), donde el turismo se convierte en una alternativa a la explotación forestal

Sí, así de simple, el futuro de los bosques, del resto de animales, de los ríos, de los mares… el futuro de todo ello está en tus manos, en las mías y en la de cada uno de nosotros. El futuro del medioambiente no solo está en las manos de gobiernos o grandes multinacionales, no echemos balones fuera. El futuro de todo lo que nos rodea depende de cada uno de nosotros y de las acciones que realizamos cada día. Son esas pequeñas decisiones las que marcan el rumbo de una sociedad y nuestro impacto en el entorno.

Ficus centenario en Monteverde (Costa Rica). El turismo activo y ecológico ha promovido medidas de conservación de la naturaleza del país.
Ficus centenario en Monteverde (Costa Rica). El turismo activo y ecológico ha promovido medidas de conservación de la naturaleza del país.

Por poner un ejemplo simple, ¿crees que un producto aparecería en los estantes de un supermercado si nadie quisiese comprarlo? No, seguro que no. Ni el supermercado ocuparía sus estantes con cosas que no se venden, ni las empresas invertirían recursos o esfuerzos en producir algo que no tiene salida. Si en vez de hablar de productos de supermercado, hablásemos de turismo, la situación sería la misma. Aquí es donde quería llegar para hablaros del turismo responsable, un concepto que ha empezado a tener cierta relevancia y peso en los últimos años.

No vengo a aquí para dar clases de ética a nadie, sino para informar, haceros reflexionar y que cada uno saque sus propias conclusiones. En este artículo os quiero hablar de ciertas prácticas y acciones relacionadas con el turismo responsable que deberíamos evitar en nuestros viajes, si queremos conservar el medioambiente, la cultura y el bienestar de los lugares que visitamos.

Los animales no son un juguete

La frase puede parecer obvia, pero muchas veces no es así. Existen ciertos lugares en los que se exhiben animales salvajes como reclamo para que los turistas se hagan fotos o realicen actividades con ellos y se lleven un «gran recuerdo» de sus vacaciones. Os cito algunos de estos tristes ejemplos; varios de los cuales los he visto con mis propios ojos. En la plaza Jemaa el-Fna de Marrakech se pueden ver monos encadenados a los que se les obliga, a base de golpes, a que posen junto a los turistas para hacerse una foto. En el delta del río Mekong, en Vietnam, se capturan grandes serpientes para que los turistas se las pongan en el cuello e inmortalicen ese momento y presuman de ello en las redes sociales. En Tailandia, y otros países asiáticos, son famosos los paseos a lomos de elefante. Hay que tener en cuenta que es un animal salvaje y que para conseguir «adiestrarlo» es necesario llevar a cabo una técnica denominada Pajaan con la que se persigue «romper el alma» del elefante. Tenéis más información sobre todo lo que esto implica en este artículo de Faada. Y ahora os pregunto ¿no creéis que todos esos animales estarían mejor en la naturaleza?

Cría de león descansando en el Masai Mara (Kenia)
Cría de león descansando en el Masai Mara (Kenia)

No hace falta irse a los extremos que he citado anteriormente. Cuando visitamos entornos naturales para observar animales, tenemos que tener en cuenta que estamos en su casa. Nosotros somos meros invitados y, por lo tanto, debemos comportarnos como tal, con educación. Si estás de safari y ves un león dormido, no pites o grites para que se despierte, no está allí para entretenerte. Lo mismo pasa si haces snorkel o buceo y ves una tortuga marina. No la persigas, dale espacio y disfruta de ella en la distancia y por supuesto, no la toques.

Tortuga marina en Gili Trawangan (Indonesia)
Tortuga marina en Gili Trawangan (Indonesia)

Compórtate como si estuvieras en tu casa

Esta idea es sencilla. Si tienes buenas costumbres en tu casa, en tu rutina diaria, por qué no seguir con ellas cuando viajes a cualquier destino. Estar de vacaciones no implica un «todo vale». Por ejemplo, seguro que en tu casa no llenas la bañera todos los días para bañarte, ni cambias las toallas y sábanas después de un solo uso, ni tiras botellas o bolsas de patatas al suelo porque no has encontrado una papelera cerca. Seguir con las buenas costumbres no conlleva ningún esfuerzo y el beneficio es tremendo para el destino.

No solo hay que respetar el medioambiente, sino también el patrimonio cultural. Grabar tu nombre en una pared junto al de tu pareja puede parecer algo súper romántico, pero lo que haces es destrozar edificios que llevan allí desde hace siglos. Algo parecido ocurre cuando cuelgas un candado en un puente. Lo que vas a conseguir es oxidar o incluso dañar estructuralmente la edificación si muchos hacen lo mismo que tú. No te lleves «una roca de recuerdo» de tu paseo por las ruinas que visitaste en aquel país lejano, además de ilegal, provoca un daño irreversible al patrimonio. Dejemos que los que vienen detrás, puedan disfrutar de lo mismo que hemos disfrutado nosotros.

El Tesoro de Petra visto desde un mirador
El Tesoro de Petra visto desde un mirador

En este punto también quiero hablar sobre el respeto hacia los demás, el respeto por la cultura y las tradiciones de los lugares que visitamos. En muchos destinos nos vamos a encontrar con una cultura que chocará de lleno con nuestra forma de pensar o que incluso rompa por completo nuestros esquemas. No debemos sentirnos con superioridad moral para echar por tierra sus valores o considerarles inferiores. Aunque es un tema muy complejo, y en ocasiones bastante complicado, no creo que sea necesario aceptar la visión de la vida y valores de esa cultura, pero sí mostrar un respeto hacia ella en nuestra visita e intentar descubrir y aprender de las diferentes formas de ver la vida que hay.

En cierto lugares te piden que sigas un código de vestimenta, como en la mezquita del rey Abdala en Amman (Jordania)
En cierto lugares te piden que sigas un código de vestimenta, como en la mezquita del rey Abdala en Amman (Jordania)

Los niños son los más frágiles

Muchas veces son los niños los grandes perjudicados por la apisonadora del turismo. En muchos países puedes ver como niños que ni siquiera llegan a la adolescencia venden souvenirs en las calles o simplemente piden dinero a los turistas. Sé que es muy difícil resistirse y no comprarles algo o darles dinero para «ayudarles», pero realmente lo que se consigue con estas acciones es todo lo contrario. Si das dinero a un niño (bien como limosna o porque le compras algo), lo que estás consiguiendo es que a ese niño y a su familia les «compense» que haga eso en vez de ir a la escuela. Lo mismo ocurre si les das caramelos o cualquier otra cosa, van a ver que es mejor pedir que ir al colegio. No des nada a los niños directamente, si realmente quieres colaborar piensa en hacer donaciones o colaborar en alguna entidad reconocida. Por ejemplo, cuando fuimos a Kenia, llevamos material escolar (papel, lápices, pinturas, cuadernos de dibujo y alguna cosa más). En vez de dárselo a los niños que nos lo pedían, hablamos con la dueña de un hotel con la que cogimos confianza para que se lo entregase a un orfanato de aquella localidad.

Las redes sociales han traído grandes avances en nuestra sociedad, pero también la banalización de ciertos temas. Cierta gente busca esa «foto auténtica» con un niño africano de una aldea masai (por ejemplo) para colgarla en sus redes sociales y demostrar que está «viviendo una experiencia única». ¿Consideráis ético hacer este tipo de cosas? Con esto no quiero decir que no interactuéis con la gente local, incluyendo niños, pero todo depende del contexto y del momento. Los niños son curiosos y en países como Myanmar o Indonesia serán ellos los que se acerquen a ti para hacerse una foto contigo, «el extranjero blanco». Pero, por otro lado, también he visto como una persona agarraba a un niño keniata para hacerse un selfie con él, aunque el niño se quisiese ir.

Colegialas que me pidieron hacerme un selfie con ellas en Borobudur (Indonesia)
Colegialas que me pidieron hacerme un selfie con ellas en Borobudur (Indonesia)

Con este artículo simplemente quería hablaros sobre el turismo responsable, sobre malas prácticas a las que muchas veces no se les da mayor importancia. Depende de nosotros el hacer que el turismo tenga un impacto positivo o negativo en el destino que visitamos, está en nuestras manos.

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Razón: Alberto Hernáiz González publica en su blog Notas de un viajero, guías y crónicas de los viajes que realiza alrededor del mundo. En Vuélcate, publicará sobre los destinos más atractivos para inspirarte en tus futuros viajes.
Temática: el turismo responsable y su impacto en el medioambiente, el patrimonio y la cultura de los destinos que visitamos.
PAS: Alberto Hernáiz González. Administrador de la plataforma e-learning Open Campus UEMC.
Especialización: Cronista y fotógrafo de viajes.

1 Comentario

  1. […] La Tierra está llena de lugares únicos, de rincones que poseen una belleza singular que les hace destacar por encima del resto. Las interminables llanuras del Masai Mara, las selvas de Borneo, las dunas del desierto del Sáhara, los géiseres islandeses, la biodiversidad de los bosques costaricenses, el misticismo de la bahía de Halong o la increíble ciudad de Petra que los nabateos tallaron en las rocas jordanas hace cientos de años, todos ellos son lugares únicos. De todos esos lugares os he hablado antes, pero depende de nosotros que sigan estando allí con el paso del tiempo, como os comenté el mes pasado. […]

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