Cobardía emocional

0

Somos unos cobardes emocionales que se esconden tras una coraza que no protege, solo nos empequeñece.

Vivimos aferrados a un falso control, pensando que podemos guiar todas las acciones que desarrollamos. Solo que no lo tenemos. Pensamos que solo lo perdemos por la noche, cuando Morfeo es el dueño de nuestros sueños.

Pero es falso, buscamos controlar nuestra mente, descansar de un entorno que nos asfixia. Hace que nos mintamos tanto en pensamiento como en sentimiento.

Tal vez pienses que eres consciente de tu entorno, de ti mismo, pero… ¿Es realmente así? ¿Quién eres? ¿Qué sientes? ¿Tienes miedo a ser tú mismo por miedo a confiar en los demás? Somos un arcoíris tras una tormenta que rompe tu pecho, que destroza esa falsa coraza que del mundo te protege, o eso se suponía.

Somos hipocresía en un mundo que te pone una mejilla para luego golpearte en cuanto te ibas. Va de sociedad asertiva cuando realmente va de agresiva a pasiva según el día.

Tal vez, solo tal vez, por eso nos convertimos en unos cobardes emocionales. Mostrar cualquier emoción, una real, nos atemoriza en demasía. Perdemos el control, eso da miedo. Pensamos que mostrarnos tal como somos, mostrarnos débiles, es falso, no lo somos.

Todos tenemos un momento donde perdemos la batalla contra nuestra mente. No por eso dejamos de ser fuertes, al revés. Es valentía. ¿Sabes por qué? Porque eres real, tienes el valor suficiente para gestionar cómo te sientes. Te tomas el tiempo para ti mismo y aceptar, aceptarte.

No puedes olvidar que por muchas grietas que tengas, en el fondo eres tú. Tú también eres ese abrazo en la oscuridad de una tormenta que produce el dolor. El dolor es crecimiento, siempre que puedas aprender de ello.

¿Sabes qué produce la cobardía emocional? Una resaca que no se olvida, aunque pase una eternidad. ¿Sabes qué más? Una inferioridad que te mentirá y te hará creer que no sirves para nada, que no eres suficiente para nadie. Pero oye, tienes que ser suficiente para ti mismo y que le den al resto.

Cuando lo entiendas, tal vez esa tormenta que amenaza con ahogarte se afloje hasta poder abrazarte.

Puedes ser cobarde un tiempo, pero no dejes que tome demasiado y solo seas una sombra de lo que podrías haber sido. El tiempo no perdona, el futuro no está escrito. Solo depende de ti ser feliz, aunque tengas que perderte una temporada y aprender que no será ni la primera ni la última.

Eres como el mar al que le quitan las olas, una soledad que no sabe que no se encuentra bien, pero ya no más. No cuando quedarte en tu mente duele más que una tormenta eléctrica que nos deje en un limbo.

Camina, piérdete y tal vez, puedas combatir esa resaca emocional y solo te queden cicatrices de una batalla en la que callaste demasiado.

Sube y baja, así funciona nuestra cabeza, por eso no vale rendirse sin luchar, y saber cuándo pedir ayuda. Eso no es debilidad.

Razón: La alumna Lydia de Manuel de Cantos colabora en Vuélcate con sus aportaciones literarias en forma de relato corto y prosa poética y a modo de reflexión.
Temática: Me inspiré en un podcast que en uno de sus capítulos habla sobre la resaca emocional.
Alumnos: Lydia de Manuel de Cantos.
Especialización: Máster en Dirección y gestión de Marketing Digital y Social Media.
Profesor responsable: Carolina Pascual Pérez (Dpto. Ciencias Sociales).

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here