Constelaciones familiares I: échale la culpa a tu familia. Un dragón en el garaje…

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Hace tiempo hablábamos de lo cómodo y cruel que resulta decirle a alguien enfermo que su enfermedad es su culpa. Esto además de incierto supone el aval para una serie de terapias que tratan de “curar” esas enfermedades analizando los conflictos que supuestamente las provocan. El resultado es sacarles los cuartos a los enfermos y además la más que probable muerte del paciente. Entre las muchas “terapias” sin escrúpulos que emplean la culpa una de mis favoritas es el método de las constelaciones familiares. ¿Por qué culpar de un cáncer de mama a la mujer que lo sufre cuando puedes culpar a su tatarabuela? Las constelaciones no solo nos dan una respuesta a las enfermedades, sino que además te dan la excusa perfecta para saltarte las reuniones familiares y que no vuelvas a hablar con tu familia. ¿No os huele un poco a secta?

La abuela tiene la culpa

Comenzaremos por definir qué son las constelaciones familiares, además de una falsa terapia y un timo. Se trata de un método creado por Bert Hellinger cuyo objetivo se basa en liberar de las tensiones y conflictos que vienen de generaciones pasadas y tienen sus raíces en los acontecimientos de la historia de la familia y derivan en diversos problemas como depresiones, migrañas, esterilidad o miedos. Es decir, que proponen que los conflictos de nuestros antepasados se transmiten de generación en generación. Tu heredas el pelo rubio de la abuela y como ella no quería tener hijos y tuvo un aborto (antes de nacer tus padres claro) pues tú eres estéril. Todo muy lógico, ¿verdad?

Para “sanar” se hace una especie de terapia grupal en la que el constelador hace que la persona con problemas los exponga. Tras esto, elige a las personas que representarán a la familia, los coloca y les pide que se muevan o actúen de acuerdo con las energías que perciban mientras están interpretando el papel asignado. Cual acomodador de cine, el constelador mueve a estas personas según le parece diciendo frases sanadoras -cura sana culito de rana, tal vez- hasta que queden en una posición que le parezca bien. Para terminar, la persona con el problema se sitúa en el lugar que le corresponde “siendo parte de esta nueva imagen sanadora de la familia”.

Y ahora es cuando yo me pregunto, ¿de verdad alguien se cree que por mover personas a ritmo de frases bonitas se le va a curar la migraña?

Sugestión y misticismo cuántico

Como siempre hay quienes utilizan nuestro querido: a mi me funciona, que se creen que tiene la misma validez que los estudios bajo el método científico. Para ellos también tengo respuesta. La más leve mejoría que se pueda notar tras este proceso se explica con los procesos de autosugestión. Como en todas las pseudociencias si una persona está absolutamente segura y cree que eso le va a aliviar, notará algo parecido a un alivio. Esto está bien cuando vas a tratar un miedo o incluso algo leve como un dolor de cabeza puntual (no una migraña). Ya que la sugestión puede ayudarte. Sin embargo, cuando los problemas son más serios como una depresión, un problema de esterilidad o un cáncer, por mucho que nos autosugestionemos no vamos a solucionar nada.

Los defensores se avalan, cómo no, en las supuestas energías que cada uno tenemos dentro. Por supuesto, cuando toca defender lo indefendible echan mano de la física cuántica la cual dudo mucho que lleguen a comprender algún día. Este misticismo cuántico es la creencia pseudocientífica de que las leyes de la mecánica cuántica avalan las ideas místicas sobre energías en las que se basan las creencias New Age.

Aún podemos hablar sobre esta falsa terapia o medio secta, pero será para el mes que viene cuando os cuente el currículum que tiene el creador. Un pequeño adelanto: le escribió un poema a Hitler y tiene prohibido ejercer como psicoterapeuta en Alemania.

Twitter: @Mariaesp19
Instagram: mariaespinosa.19
Blog: Espantapájaros

Razón: La ex alumna de la UEMC María Espinosa escribe una columna sobre ciencia y divulgación llamada Un dragón en el garaje, haciendo alusión a la metáfora más famosa de Carl Sagan. En la columna se tratan temas científicos y divulgativos de una forma sencilla y amena.
Temática: Pseudociencia, el ejemplo de Constelaciones.
Antiguo alumno: María Espinosa Lorenzo.
Especialización: Grado en Periodismo en la UEMC. Trabajo Fin de Grado: Periodismo científico y homeopatía en la prensa digital generalista española. Especializada en Ciencia y divulgación.
Profesor responsable: Rosa María Arráez Betancort (Dpto. de Ciencias Sociales).

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