Ayous, en Silueta con voz de mujer

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¿Sabes?La madera de samba o ayous es una madera clara, ligera aunque resistente y muy versátil. Cabe destacar que entre sus usos llama la atención sus excelentes prestaciones para la fabricación de saunas.

Es originaria de África donde se la conoce con diferentes nombres en función del país: wawa en Ghana, obeche en Nigeria, Ayous en Camerún y/o samba en Costa de Marfil. Se encuentra especialmente en las selvas occidentales de centro África, donde puede llegar a alcanzar los 65 metros de altura y 7 metros de circunferencia. ¡Increíblemente alta!

Desafortunadamente, en las zonas donde esta especie crece naturalmente está prácticamente agotada debido a la tala sin el control adecuado, no siempre ilegal.

¿Quieres saber su nombre científico? Es Triplochiton scleroxylon.

Ayous

Esbelta. Pelirroja. Alta y con una piel de nácar y textura de terciopelo. El director de orquesta no le quitaba los ojos de encima a la joven pianista. El piano era su vida. El plasmar su pasión con ternura sobre las teclas del piano era su obsesión. Ella movía con gran soltura sus tersas manos de un lado a otro. Contoneaba su torso frente al piano de cola. Él perdía un poco de cordura tratando de apaciguar sus deseos. ¡Dichosos devaneos! Por ello, la miraba con descaro. El desnudar su piel era sencillamente su ilusión. Puro deseo. ¡Qué difícil era el tratar de refrenar sus impulsos! Se sentía joven al volver a sentir su exaltación varonil. ¿Cómo ha de ocultar esta ráfaga tempestuosa? ¿Cómo provocar un sutil roce? Idealizó más de un encuentro fortuito. Imaginó un ligero tropezón tras bastidores. Pero todo era muy arriesgado. Se jugaba su reputación. Sus más de veinte años sobre los escenarios. Su entrega al público y por el público. Pero todo fue en vano. Cayó en saco roto. La pianista era joven. Tendría apenas veinte y cinco años. Sus estudios en el Conservatorio le habían costado lo suyo. Su esfuerzo y tenacidad la habían impulsado a llegar a ser más que una mera pianista de salón. Se esfuerza en disimular y es en vano. Se siente observada. Pero a la violonchelista no se le escapaba una. A ella también la trató de seducir.

Miraditas por aquí y sonrisitas por allá. Pero se topó con un embarazo prematuro que ella no ocultó desde el primer momento que supo que estaba en estado de buena esperanza. Llevaba escasamente dos años de matrimonio. Su verdadera vocación era tocar el instrumento que más le entusiasmaba. Ella se mostró reacia a todo tipo de insinuaciones y mensajes de comunicación no verbal. Su único ritmo era ensayar y tocar el violonchelo. Lo que para muchas quizás era la oportunidad perfecta para salir del anonimato y ser reconocida en el ámbito musical. Para otras era sencillamente un vil acoso inaceptable e inaguantable.

Tras una aparente ecuanimidad comienza el ensayo. Detrás de la montura gruesa de sus gafas impone su porte de ordena y mando. De repente flota un aroma de mujer sobre el escenario. Y respira profundamente. Y va al acecho. Consciente de dónde proviene ese aroma, se endereza y espera a que todos los músicos permanezcan en silencio al igual que Él. Mira de reojo el piano de cola e imagina la textura de sus manos sobre su espalda. Manos que recorren a lo largo cada una de sus vertebras y se detienen justamente sobre su cintura.

Sueña despierto. Es como un niño ante una piruleta que ansía alcanzar y no puede.

No importa, pensó, porque tarde o temprano la joven pianista caerá en sus brazos.

“Tu mm’hê miso ‘int»e vvéne,
nu veleno ch’è doce…
Comme pesa ‘sta croce
ca trascino pe’ te!”

Y comienza el duelo de miradas. Él se olvida por escasos segundos su estatus de hombre casado. Y se entrega al compás de los violonchelos. Su flequillo se alborota y trata de acomodarlo sutilmente con su mano izquierda. La joven pianista le mira de reojo y sucumbe en un mar de preguntas. Su vida profesional subía como la espuma del mejor champagne francés. Y lo suyo le había costado. Años de sacrificio para poder ser elegida entre las cinco mejores y aplicadas pianistas del Conservatorio. Persistir. No desistir. Proseguir. Tres reglas de honor que le habían trazado el camino al éxito. Éxito que conseguiría sin tener que ceder a las insinuaciones del director de orquesta. Con un semblante relajado, ella comienza a acariciar las notas del pentagrama. Su manera de tocar el piano era sublime. Y precisamente esa noche, cuando su rostro resplandecía de una manera especial. Se sentía plena y segura. Lejos de toda sospecha y resquemor. Su frente en alto. Y su mente clara para tomar una decisión.

No iba a tolerar ni una sola mirada sugerente, ni tropiezos mal intencionados; ni tan siquiera pretextos para propiciar el acercamiento o el roce de la piel. Se lo había propuesto. Su fidelidad a su entrega como artista iba más allá de toda banalidad. Sentía que debía zanjar de una vez por todas este constante asedio. Ya no escucharía más susurros ni comentarios encarnados de pura pasión cuando caminara tras bastidores. Únicamente sería su última noche…

¿Sería que todo fue un sueño?

De pie, alta y serena, al otro extremo del escenario, la próxima para ser acechada: la soprano.

“Te voglio…te penzo…te chiammo…
te veco…te sento…te sonno…”

Nicoleta Valente: “Passionate”

Razón: Silueta con voz de mujer responde al nombre de la colaboración literaria mensual que la profesora del Grado en periodismo semipresencial, Ruth Amarilis Cotto Benítez, efectuará en Vuélcate. Se trata de una serie de relatos cortos que empoderen a las mujeres.
El logo de su colaboración ha sido cedido por el pintor Alejandro Conde. Se trata de su obra titulada Mujer con sombrero.
Temática: Ayous es el nombre de un tipo de madera resistente y muy versátil. De igual manera, el personaje femenino de este relato es una mujer firme en sus convicciones que no sucumbe a presiones externas de hostigamiento sexual. La temática de este relato se basa en un suceso de hostigamiento sexual muy renombrado en la prensa. Los personajes femeninos son firmes, audaces y se mantienen alertas ante cualquier insinuación aparente de un director de orquesta. Son mujeres firmes y resistentes como la madera Ayous.
Profesor: Ruth Amarilis Cotto. Prof. Filología Inglesa. Dpto. Ciencias Sociales (UEMC).
Especialización: Inglés.

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