Un viaje a Kenia con los cinco sentidos

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Creo que cuando viajas a un destino la experiencia debe ir más allá de lo visual, más allá de lo que te entra por los ojos. Los viajes hay que sentirlos y vivirlos con todos y cada uno de los sentidos. De esta forma, el recuerdo será mayor, más fuerte, y la vivencia muchísimo más enriquecedora. Al fin y al cabo, para eso viajamos, ¿no? Para vivir experiencias e intentar retenerlas en nuestra memoria para toda la vida.

Elefante en Samburu
Elefante en Samburu

Si leísteis el artículo del mes pasado ya sabréis que soy un amante de la naturaleza y de los animales. Pues bien, hay un destino que siempre tuve en mente y que para mí era un sueño: ir a Kenia. Uno de los mejores lugares en los que poder hacer un safari y ver los grandes mamíferos que viven en la sabana africana.

Leopardo en el parque Samburu
Leopardo en el parque Samburu

En este artículo no os voy a dar detalles de sus parques nacionales, de sus reservas, de posibles rutas o de las posibilidades que existen para moverse por el país, para eso ya hay guías como ésta. Os voy a hablar de experiencias, de momentos y de recuerdos, un pequeño cóctel por el que os espero meter ese gusanillo viajero que tantas alegrías me ha dado, y no sólo por lo que he visto.

La vista, el sentido que más disfruta en Kenia

Sin duda alguna, éste es el sentido que más utilizarás y con el que más disfrutarás en Kenia. La sabana africana ofrece imágenes que difícilmente podrás borrar de tu mente en mucho tiempo. Además, si eres un amante de la fotografía, ya puedes ir preparado con tarjetas de memoria de sobra porque vas a hacer cientos de fotos.

Flamencos en el lago Nakuru
Flamencos en el lago Nakuru

África te ofrece amaneceres y atardeceres de ensueño. Disfrutar de este momento, con un enorme sol resplandeciente asomando en el horizonte, te hará pensar que eres protagonista de una película de antiguos exploradores o de la conocidísima novela y película «Memorias de África«.

Amanecer en el Masai Mara
Amanecer en el Masai Mara

Por muchos documentales de la 2 que hayas visto, como era mi caso, no te podrás hacer a la idea de lo impresionante que es la Gran Migración. Entre julio y agosto más de un millón de ñus y cientos de miles de cebras y gacelas pasan desde el Serengueti (Tanzania) hasta las llanuras del Masai Mara en busca de pastos para alimentarse. Ver a una gran manada de ñus cruzando un río, con el temor de no toparse con ningún habitante de sus aguas, es todo un espectáculo.

Ñus cruzando un río en el Masai Mara
Ñus cruzando un río en el Masai Mara

Observar a crías de león jugueteando entre ellas, corriendo de un lado a otro, molestando a sus madres o incluso jugando con la comida es algo tremendamente enternecedor capaz de derretir el corazón de cualquiera. Además, es una escena que podrás ver en más de una ocasión si tienes algo de suerte.

Crías de león "jugando con la comida"
Crías de león «jugando con la comida»

Uno de los momentos más deseados por muchos, pero también uno de los más difíciles de ver, es presenciar una escena de caza de uno de los grandes felinos de la sabana (león, leopardo o guepardo). Probablemente veas a alguno comiendo, pero ver el momento de la caza es algo que sólo unos pocos viven en directo.

Coalición de guepardos listos para la caza
Coalición de guepardos listos para la caza

La cantidad de escenas o imágenes que podría citar aquí serían infinitas, pero hay otros sentidos que nos esperan.

El oído, el sentido que te alerta y te hace aprender

Hablar con la gente del país que visitas, aprender de sus costumbres, sus peculiaridades o sus manías hace que puedas interpretar mejor la realidad de su entorno y también cuestionarte la tuya propia. En nuestro caso, tuvimos la inmensa suerte de estar acompañados durante todos los días del safari por Colleta, nuestra guía Masai. Digo la gran suerte, no sólo por sus conocimientos sobre animales y su gran capacidad para verlos, sino porque fuese mujer. Sí, ser mujer y guía de safari es algo bastante poco común en una sociedad tan machista como la keniata. Colleta es una mujer fuerte y con una mentalidad muy avanzada para su entorno que le hizo superar toda clase de impedimentos para lograr su sueño, ser guía. Tener la oportunidad de escuchar sus historias y conversar con ella hizo que el viaje fuese muchísimo más completo.

Junto a nuestra guía Colleta, con la que hicimos una gran amistad
Junto a nuestra guía Colleta, con la que hicimos una gran amistad

Pero el oído no solo está para prestar atención a las conversaciones que tienes con otras personas, sino también para escuchar el sonido de la sabana. Por el día, muchos sonidos pasan inadvertidos, pero por la noche, al amparo del silencio y la oscuridad, los sonidos se magnifican. Oír el rugido de un león, aunque se encuentre a decenas de metros, es algo inquietante; creedme. Escuchar el crujido de las ramas al romperse y los chispazos de una valla electrificada a tan solo unos metros de tu cabaña sin saber qué hay ahí detrás, preguntar y que te digan que es un elefante comiendo, intimida. Pero el momento más emocionante ocurrió una noche cuando estábamos sentados tranquilamente en la terraza de nuestra cabaña, protegidos del exterior por una vaya electrificada que suponíamos que era suficiente. De pronto empezamos a oír a un grupo de hienas merodear por los alrededores del campamento. Los sonidos eran cada vez más cercanos, demasiado cercanos. De repente, algo pasó corriendo, rozándonos el brazo. Eran los perros guardianes que venían a espantar a «los intrusos». La palabra susto se queda corta para describir la situación.

Leona rugiendo
Leona rugiendo

El olfato, nuestro sentido más cojo

Muchas veces no tenemos en cuenta este sentido cuando viajamos, pero agudizar el olfato en un mercado con los aromas de especias, flores y demás productos estimulando nuestras neuronas puede ser una experiencia superlativa. No siempre serán olores agradables, como los de un mercado de pescado en una ciudad como Guangzhou (China), una fruta del sudeste asiático llamada durian que está prohibida en muchos aeropuertos o el olor que desprenden las solfataras islandesas. Sin embargo, todos ellos te recuerdan que estás fuera, que estás conociendo lugares nuevos.

Buitres peleando por la comida
Buitres peleando por la comida

En Kenia, uno de los olores que más nos impactó fue el de los cadáveres de animales. Era un olor intenso, desagradable; un olor a muerte. Sin embargo, ese olor, esa situación, era la oportunidad de otras especies para sobrevivir.

El gusto, el sentido que experimenta

Una de las grandes experiencias que puedes vivir al viajar a otro país es probar su gastronomía. Al fin y al cabo, es aprender sobre parte de su cultura. En ocasiones no es tan rica y variada como uno espera, pero en otras incluye nuevos sabores y mezcla otros ya conocidos de una manera magistral. Kenia tiene ciertos platos típicos como el ugali, una masa blanca hecha con harina de maíz que de por sí no tiene demasiado sabor, pero que es el acompañante de carnes, pescados o verduras de la mayoría de las familias de allí. También hay otros platos conocidos como los langostinos pili pili, con ese toque picante tan rico; las samosas, que son como unas empanadillas; la carne a la barbacoa; o frutas como el aguacate, el plátano… Y para los más cafeteros está su delicioso café, uno de los mejores del mundo.

Picnic bajo la sombra de una acacia en la sabana africana
Picnic bajo la sombra de una acacia en la sabana africana

Sin embargo, una de las mejores experiencias gastronómicas que puedes tener en Kenia es hacer un picnic en la sabana. Sí, así de simple. Comerte un bocata bajo la sombra de una acacia en mitad de la sabana del Masai Mara es algo que recordarás siempre. Y es que, muchas veces, lo importante no es lo que comes, sino dónde lo haces.

El tacto, el sentido menos utilizado

Está claro que en este punto no te voy a decir que trates de tocar un animal salvaje. A parte de peligroso, es un acto con poca responsabilidad ecológica y con muchas más consecuencias de las que nos imaginamos. Os quiero hablar del «contacto» con la gente. Estrechar la mano a alguien puede transmitir mucho más de lo que pensamos. Una mano fuerte, rugosa y llena de durezas te dirá mucho de cómo vive esa persona, de sus condiciones de vida, de su trabajo, etc. Pero hay que tener cuidado con este tema porque no en todas las culturas, o entre personas de diferente sexo, el contacto está bien visto. Es mejor informarse antes y no provocar una situación incómoda o si no, esperar a que el otro tome la iniciativa y seguirle.

Jóvenes masais
Jóvenes masais

Así que recordad que un viaje no sólo se vive con lo que se ve, hay otros cuatro sentidos que están esperándonos para hacer aún más increíble nuestros viajes.

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Razón: Alberto Hernáiz González publica en su blog Notas de un viajero, guías y crónicas de los viajes que realiza alrededor del mundo. En Vuélcate, publicará sobre los destinos más atractivos para inspirarte en tus futuros viajes.
Temática: Disfrutar de Kenia con los cinco sentidos.
PAS: Alberto Hernáiz González. Administrador de la plataforma e-learning Open Campus UEMC.
Especialización: Cronista y fotógrafo de viajes.

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