Episodio 3. El imperio y los mercenarios… de las marcas blancas

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Verán, cuando trabajas para el Imperio puedes fabricar para ti mismo (en tu marca propia) o hacerlo para lo que llamamos «marcas blancas». Se trata de productos solicitados normalmente por Neimoidianos de grandes superficies, inteligentes comerciantes pero que odian la pelea tanto como aman la pela, así que es fácil que se dejen influir por las «novedades» de la sociedad. Hace unos años, algunos se unieron en la Federación de Comercio, fundada en el año 350 ABY (ya les contaré lo que hicieron).

Por supuesto, antes de decidir qué quiere un Neimoidiano, éste habrá hecho un amplio estudio de mercado donde personas como usted habrán probado y aceptado lo que luego ellos venderán… adivinen quién lo comprará. Técnicamente es usted quien elige el requisito de la marca blanca. ¡No me vaya a decir que es mala!

Como sede del Imperio interesan y mucho este tipo de productos porque aportan pedidos regulares, lo cual ayuda a la gestión (porque la Estrella de La Muerte no se construye sola…), y porque la distribución en el mercado es amplia.

En este caso, los soldados nos convertimos en mercenarios, fabricamos un producto con las características que nos piden. Y ojito con moverse de ahí…

Aún hoy se oye que las marcas blancas son peores que las marcas propias. Hoy les cuento que desde nuestras sedes imperiales se elaboran ambos productos exactamente igual con dos cuestiones que tener en cuenta:

  • Fabricamos en marca blanca lo que exige el Neimoidiano. Ya les dije que ellos tienen en cuenta su mercado, el coste, el producto y a quién va dirigido. Con estas premisas nos indican el tipo de «arma» que debemos elaborar.
  • Las exigencias de calidad de sus productos son exquisitas, por no decir asfixiantes. Es más que evidente que nadie querría tener en su marca un producto con algún fallo de seguridad alimentaria. ¡Imagínense qué imagen para el centro!

En algunas ocasiones, «recomiendan» que si quieres trabajar con ellos debes tener las dos marcas en su centro, la de marca blanca y la propia. Como les he contado, les importan mucho los estudios de mercado y qué mejor que hacerlo con alguien que hasta utiliza las mismas materias primas. Control absoluto para grandes y fructíferas comparativas.

Con todo esto nos convertimos en «mercenarios» de Neimoidianos. Sí, señores, nos vendemos por fabricarles a ellos (no les tengo que recordar de nuevo el objetivo del Imperio…).

Entiéndanos… ni que el producto que hacemos no cumpla con los mejores estándares de calidad, ni que pongamos todo nuestro empeño en que salga mejor que bien… Simplemente, no podemos elegir. Eso sí, tenga por seguro que la Federación de Comercio envía evaluadores para confirmar que todos los pertenecientes al Imperio estamos perfectamente entrenados para fabricar SUS «armas», según nos han pedido. Pero eso ya se lo contaré en el Episodio 4…

Blog: Cartas desde el Imperio
Twitter: @farmagemma

Razón: Se tiene una visión de las marcas blancas como un producto de menor calidad pero quién lo fabrica y cómo.
Temática: En el Imperio de la industria alimentaria somos mercenarios a la hora de desarrollar un producto, nos acoplamos a la fabricación y envase que nos soliciten los centros. Y así sucede con las marcas blancas.
Antiguo alumno: Gemma del Caño Jiménez.
Especialización: Máster en Biotecnología, Investigación y Seguridad Alimentaria de la UEMC. Especializada en I+D y calidad en Industria Alimentaria.
Profesor responsable: María Cruz Rey de las Moras (Dpto. de Ciencias Experimentales de la UEMC).

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