El ser humano suele tener una memoria frágil para ciertas cosas, o seguramente sea una forma de defensa de la propia mente, que hace que olvidemos, o al menos enviemos a lo más profundo de los cajones de nuestra memoria, los acontecimientos dolorosos y las tragedias, para que podamos continuar con nuestras vidas. El ejemplo más cercano lo encontramos en la pandemia del COVID-19. Durante ese período que vivimos de incertidumbre, miedo, angustia y dolor, la cultura y la producción artística por suerte no se pararon, y nos ayudaron a sobrellevar, cada uno a su manera, ese “cisne negro”. ¿Qué sería el hombre sin cultura? Seguramente nada, puesto que la cultura es algo intrínseco a nuestra condición humana.
Ese fue el caso de la artista de origen israelí Hana Jaeger[1]. Hana llevaba desde el 2006 exponiendo su obra, tanto de forma individual como colectiva, dentro y fuera de Israel. En 2020 decidió trasladarse a nuestro país, seguramente llena de ilusión y de ganas por darse a conocer y desarrollar su obra en España, pero su momento tuvo que esperar. Durante esos meses de encierro aprovechó el tiempo y empleó sus dotes artísticas en rendir un tributo a todas aquellas personas “invisibles”, pero que en los momentos claves de la pandemia continuaron ofreciendo su ayuda y servicio al resto de la población.
Han tenido que pasar tres años para que Hana presentara su obra por primera vez en España, y el lugar elegido ha sido el Centro Sefarad Israel[2] de Madrid, Con la frase “Hola, soy Ana, encantada”, que da título a la exposición comisariada por Andrea Perisinotto[3], Hana nos presenta veinticuatro obras sin título, que capturan momentos de personas desconocidas, sin el rostro definido incluso, realizando actividades cotidianas. La artista deja a los visitantes vía libre a la imaginación y su propia interpretación de lo que están viendo, permitiendo asimismo la reflexión y que puedan llegar a sentirse reflejados en alguno de esos momentos congelados en el tiempo. (Fig. 1).
La muestra, además de obra pictórica, también presenta dentro de una vitrina, a modo de “incunables”, trabajos realizados sobre cajas recicladas (Fig. 2), con lo que nos hace pensar en la circularidad de los objetos cotidianos, en este caso las cajas de embalaje de pedidos o zapatillas, que luego acaban en la basura; en el consumismo desmedido al que ha llegado nuestra sociedad y en la importancia de salvaguardar nuestro entorno y a las personas. La simplicidad de los trabajos de Jaeger no resta la calidad ni la intención de los mismos, porque todos tenemos un papel importante en la sociedad, aunque sea en la mayoría de los casos anónimo.
[1] https://www.hanajaeger.com/
[2] http://www.centrosefarad-israel.es/
[3] https://www.instagram.com/artperissinotto/?hl=es
Razón: La alumna Carmen Arroyo Martín colabora con el blog Vuélcate con su sección Cultura, creatividad y sociedad. En esta colaboración se centra en un ensayo realizado en la asignatura Estrategias de gestión en sectores específicos de las industrias culturales y creativas, del Máster UEMC en Dirección y Gestión de Industrias Culturales y Creativas (Semipresencial).
Temática: Exposición de Hana Jaeger, en https://orcid.org/0000-0002-2241-3581.
Antiguo alumno: María Espinosa Lorenzo.
Especialización: Grado en Periodismo en la UEMC. Trabajo Fin de Grado: Periodismo científico y homeopatía en la prensa digital generalista española. Especializada en Ciencia y divulgación.
Profesor responsable: Rosa María Arráez Betancort (Dpto. de Ciencias Sociales).