La mecánica cuántica de la guerra: Breve reflexión sobre el concepto de la guerra justa en el mundo contemporáneo

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INTRODUCCIÓN

La mecánica cuántica de la guerra anexiona dos conceptos que proceden de campos, a priori, sustancialmente diferentes pero que convergen y se alzan como un auténtico preludio de los ejes analíticos que guían esta breve reflexión.

El término «mecánica cuántica» se enmarca en el ámbito de la física. Esta ciencia se divide en dos disciplinas o partes conocidas como física clásica y física moderna o mecánica cuántica. Es en esta última disciplina donde es posible encontrar el primer concepto. La física moderna o mecánica cuántica se sustenta principalmente en la naturaleza dual de la onda y la partícula. Este principio de dualidad sostiene que una partícula se puede comportar simultáneamente como onda y, del mismo modo, una onda también es capaz de comportarse como partícula[i]. Se trata de una idea sumamente interesante que, si se extrapola a cualquier otro campo ajeno a la física, pone de manifiesto la posibilidad de estudiar un mismo fenómeno desde dos ópticas distintas.

El concepto de guerra nace de las ciencias sociales. Vislumbrar su significado se presenta, inicialmente, como una acción que encierra cierta dificultad. Esto es, porque la definición de guerra varía notablemente en función de los autores que la emiten en función de los diferentes contextos históricos-sociales, entre otros factores influyentes. Además, no se ha de obviar la relatividad inherente a la lingüística, a los conceptos, a las palabras, a los signos y a los respectivos significados que adquieren. La relatividad inherente a la propia existencia.

Las siguientes líneas toman como base de análisis y reflexión la doctrina, impregnada de tintes religiosos, de la guerra justa que aportó Agustín de Hipona junto con Tomás de Aquino. Se trata, por tanto, de construir una cavilación sobre dicho concepto y su proyección contemporánea a través de dos ópticas o perspectivas diferentes: la de Estados Unidos y la del terrorismo yihadista.

Por último, considero conveniente remarcar mi firme creencia de que en la duda se halla el principio del viaje del conocimiento, un viaje infinitamente inconcluso en el que se hace necesario ir más allá de lo que leemos, de lo que escuchamos, de lo que vemos… Se hace necesario que nos convirtamos en buscadores insaciables.

Las siguientes líneas se presentan, simplemente, como una mera reflexión personal fruto de los pensamientos que me ha evocado la doctrina de la guerra justa.

“Escribo como medio y arma de combate, que combatir es realizar el pensamiento”.

Domingo Faustino Sarmiento; político, periodista, militar y ex presidente de la Nación Argentina.

¿LA GUERRA JUSTA?

La noción de guerra justa que desarrolla Agustín de Hipona se sustenta, fundamentalmente, en una “justa causa para iniciarse”[ii]. En este punto, surgen las primeras cuestiones; ¿En qué se basa Agustín de Hipona para considerar que una causa es justa o no lo es? ¿Existe, acaso, un concepto absoluto de justicia?

La Real Academia Española define justicia como:

  1. Principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.
  2. Derecho, razón, equidad.
  3. Conjunto de todas las virtudes, por el que es bueno quien las tiene.
  4. Aquello que debe hacerse según derecho o razón.
  5. Pena o castigo público.

¿Es la justicia un fiel reflejo de la Ley de Talión, del extendido “ojo por ojo, diente por diente”[iii]? ¿O es, sin embargo, la aplicación de un conjunto de leyes que, por ejemplo, en una parte del mundo reconocen la pena de muerte como método punitivo y en la otra la condenan? ¿Puede, pues, aplicarse el mismo concepto de guerra justa a nivel global o, por el contrario, es necesario establecer diferentes conceptos en función de las clases de sociedades que existen o, incluso, en función de los distintos sistemas de valores individuales?

A pesar de las posteriores aportaciones al concepto de guerra justa de Tomás de Aquino y Francisco de Vitoria, la relatividad del significado de justicia continúa suponiendo una indeterminación.

ESTADOS UNIDOS Y SU IUS AD BELLUM

Uno de los autores que ha reflexionado sobre la aplicación del concepto de guerra justa en la actualidad es Michael Walzer. En su artículo ¿Es ésta una guerra justa?, publicado en el periódico El País. Walzer reflexiona sobre la dimensión moral de la intervención en Irak por parte de la Administración Bush en el año 2003. La justificación principal para desarrollar esta operación por parte del Gobierno de Bush fue la tenencia de Irak de armas de destrucción masiva (ADM). Este hecho suponía, por tanto, la violación por parte de Irak del Tratado de No Proliferación Nuclear que se recoge en la Resolución 687 de 1991 de las Naciones Unidas.[iv]

La búsqueda de justificación a la intervención en Irak supuso toda una movilización del entramado de la inteligencia norteamericana, una movilización que desembocó en el caso conocido como Plamegate[v]

Este suceso se alza, cuando menos, como una puerta abierta hacia una cuestión: ¿Fue la intervención en Irak, por parte de Estados Unidos, una operación tan justa como pretendían hacer creer? ¿La aplicación del concepto de guerra justa, por parte de Estados Unidos, se presentaba en ese caso tan sólo como una cuestión formal o, realmente, se trataba de una cuestión de fondo tras la que subyacía la justicia como valor supremo en las acciones militares?

La invasión de Irak tan sólo es una de las diversas operaciones, a nivel internacional, en las que Estados Unidos ha participado. Es posible encontrar una amplia lista de conflictos de los que este país ha formado -y forma- parte. Este hecho, me empuja a formular algunas preguntas de naturaleza similar a las planteadas anteriormente: ¿Poseen, verdaderamente, todas las intervenciones de Estados Unidos como base una causa justa o tan sólo son un reflejo de la ciudad terrena[vi] a la que hace referencia Agustín de Hipona? ¿Es posible encontrar ciertos paralelismos entre el concepto de ciudad terrena y la Doctrina del Destino Manifiesto?[vii]

DE LA YIHAD AL TERRORISMO YIHADISTA

Desde la aparición en el escenario internacional de Al Qaeda, la cultura occidental tiende a asociar los conceptos de yihad y terrorismo. Sin embargo, ambos poseen significados diferentes. El intento por aproximarse al significado de yihad provoca la aparición de distintas posturas al respecto. Mientras algunos estudiosos islámicos traducen yihad como el esfuerzo que se ha de realizar para no abandonar el camino de Dios, otros lo traducen como lucha o combate.[viii]

En principio, El Corán hace referencia en numerosas ocasiones a la guerra, entendiendo que la única guerra legítima es la defensiva: “Combatid por Dios contra quienes combatan contra vosotros, pero no seáis vosotros los agresores. Dios no ama a los agresores” (Sura 2: 190), y recalca ese carácter defensivo: “Si alguien os agrediera, agredidle en la medida con que os agredió” (Sura 2: 194).

En este punto, cabe destacar la aparente similitud entre el concepto de guerra justa -y sus justas causas, entre ellas, la legítima defensa- desarrollado por Agustín de Hipona y el concepto de guerra legítima -¿justa?- a la que hace referencia El Corán.

Así pues, parece ser que la finalidad de la guerra tanto para Agustín de Hipona, como para El Corán es la misma: la paz. De este modo, cabe recordar lo que sostenía Agustín de Hipona en Ciudad de Dios: “Con miras a la paz se emprenden las guerras. […] La paz es el fin deseado para las guerras”, y lo que se recoge al respecto en El Corán: “Si, al contrario, tienden a la paz, ¡tiende tú también a ella! ¡Y confía en Dios! Él es Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe” (Sura 8: 61).

En principio, parece ser que los conceptos de guerra justa y yihad poseen algunas similitudes. Sin embargo, al inicio de este apartado se ha aclarado que la yihad no es sinónimo de terrorismo yihadista. Por ello, antes de continuar se hace necesario precisar algunos conceptos.

En primer lugar, se entiende el islamismo como el movimiento encaminado a que el Estado imponga la Sharia, es decir la ley religiosa; por islamismo radical a la inclinación a recurrir a las armas para imponer ese Estado y por terrorismo yihadí a la violencia llevada a cabo por agentes clandestinos contra no combatientes y que posee un propósito político inspirado en la doctrina islamista.[ix] Además, en relación con la yihad “El terrorismo yihadí representa una versión de la yihad acomodada al escenario de los conflictos asimétricos”.[x]

La comprensión del fenómeno del terrorismo yihadista se basa en dos puntos fundamentales:

El primero consiste en la reactivación del concepto tradicional de que la yihad, en su sentido guerrero, es necesaria para llevar el mensaje de Dios a toda la humanidad. Y el segundo consiste en la nueva convicción de que la yihad no representa una obligación colectiva (fard qifayah) cuya iniciativa corresponde a los gobernantes musulmanes, sino una obligación individual (fard ayn) de todo creyente, que puede ser asumida por grupos reducidos, al margen de los gobernantes e incluso contra ellos, en el caso de que tales gobernantes sean musulmanes sólo en apariencia, pero en realidad apóstatas.[xi]

Asimismo, el terrorismo yihadista “implica además una ruptura moral, porque la práctica del terrorismo se aleja radicalmente de las normas tradicionales de la guerra justa”[xii]. En este punto, la cuestión es: ¿Una guerra justa adquiere esa dimensión de justa atendiendo a sus normas tradicionales, es decir, a sus métodos o manera de desarrollarse o; atendiendo a su causa? Quizá, teniendo en cuenta el fragmento anterior, si atendemos a su manera de desarrollarse, el terrorismo yihadista rompa con la moralidad pero, si atendemos únicamente a su causa, ¿no es posible que quienes lo llevan a cabo puedan considerar que es perfectamente moral e, incluso, moralmente obligatoria? He aquí de nuevo la relatividad de las palabras, de los conceptos, de los significados, de los principios… Con esto, pretendo advertir -apoyándome de nuevo en conceptos de la Física- que es crucial tener en cuenta el sistema de referencia desde el que se analice un fenómeno. Algo que a un individuo le pueda resultar justo o moral, puede resultarle a otro como reprobable a nivel moral y totalmente injusto.

Precisamente este choque de perspectivas, este choque cultural o ideológico, se recoge en numerosos ámbitos como el de la sociología a través de la Teoría del Conflicto[xiii], o en la antropología y su tensa relación con los derechos humanos.

En referencia, también, al choque ideológico que se alzó como base de las cruzadas, los enfrentamientos adquieren una serie de características que podían definirlos como guerras de religión. Es en ese contexto, donde los adjetivos santa y justa, eran tomados de la tradición del derecho romano pasada por el tamiz agustiniano, y se utilizaban para la justificación ideológica y propagandística de las acciones emprendidas.[xiv] ¿Encuentra esta afirmación proyección en la actualidad? ¿Es posible que países como Estados Unidos o actores internacionales no estatales como el terrorismo yihadista sean los que toman el concepto de guerra justa y lo utilicen como justificación de sus acciones? ¿Estamos, entonces, ante una misma causa denominada de distintas maneras –guerra justa, guerra santa? Si es así, ¿No estarían algunas de las acciones militares de Estados Unidos y el terrorismo yihadista -obviando la manera de proceder del terrorismo yihadista y centrándose exclusivamente en el fondo, en la raíz de la cuestión- fundamentados en los mismos principios?

“Sírvete de lo aparente como indicio de lo invisible”.

Solón de Atenas, legislador griego.

 

[i] Tipler, P. A. (2010) Física para la ciencia y la tecnología. Volumen 2. Barcelona: Reverté, pp. 1173-1203.

[ii] García Picazo, P. (2016) La guerra y la paz en teoría. Un recorrido por la historia y el pensamiento de los clásicos internacionales. Madrid: Tecnos, p. 23.

[iii] Éxodo, 21:24.

[iv] González, E. (2003, 20 de marzo) Bush anuncia una guerra larga y difícil, elpais.com http://elpais.com/diario/2003/03/20/internacional/1048114804_850215.html

[v] El Plamegate supuso por parte del periodista norteamericano Robert Novak -a través de una nota publicada en el periódico The Washintong Post la revelación de la identidad de Valerie Plame como agente de la CIA, lo que conllevó su inmediato cese como agente especial; Figueras, A. y Tejero, L. (2005, 29 de octubre) ‘Plamegate’, una amenaza para el legado de Bush, elmundo.es, http://www.elmundo.es/elmundo/2005/10/26/internacional/1130289304.html

[vi] “Tampoco hemos de pasar por alto la ciudad terrena; en su afán de ser dueña del mundo, y aun cuando los pueblos se le rinden, ella misma se ve esclava de su propia ambición de dominio”, San Agustín, Ciudad de Dios, ápud García Picazo, P. (2016), p. 24.

[vii] El “destino manifiesto” es una expresión que se acuña por primera vez en 1845 por el periodista John O´Sullivan, en un artículo publicado en la revista Democratic Review de Nueva York. Describe la misión divina de Estados Unidos de promover su sistema y pensamiento al resto del mundo y expandir su territorio, en Pfaff, W. (2007) El destino manifiesto de EE.UU: ideología y política exterior. Política Exterior, vol. 21, 117, pp. 57-76. Dialnet https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2290852

[viii] López Pita, P. (2009) La guerra en el Corán y en la tradición musulmana. Revista de historia militar, extraordinario, p. 141.

[ix] Avilés Farre, J. (2009) De la yihad clásica al terrorismo yihadí. Revista de historia militar, extraordinario, p. 202.

[x] Ibid., p. 199.

[xi] Ibid., pp. 201-202.

[xii] Ibid., p. 199.

[xiii] “En sociología, de un modo bastante general, hoy se habla de teorías del conflicto y teorías de la cooperación, según el dominio de uno u otro planteo como vértice principal de la explicación o interpretación acerca de la sociedad”. Silva García, G. (2008) La teoría del Conflicto. Un marco teórico necesario. Prolegómenos. Derechos y valores, XI (22), p. 30.

[xiv] Echevarría Arsuaga, A. M. y Rodríguez García, J. M. (2009) Entre violencia sagrada y guerra sacralizada: las cruzadas. Revista de historia militar, extraordinario, p. 139.

 

Razón: La ex alumna de la UEMC Andrea Arrieta escribe una columna sobre relaciones internacionales llamada “El atlas cifrado”. En la columna se analizan temas relativos a la interacción entre diversos elementos del sistema internacional y los juegos de poder a nivel mundial.
Temática: Estrategia, geoestrategia y geopolítica: consideraciones sobre guerras justas.
Antiguo alumno: Andrea Arrieta Ruiz.
Especialización: Grado en Periodismo en la UEMC. Máster en Paz, Seguridad y Defensa en el Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado (IUGM). Línea de investigación: Estrategia, geoestrategia y geopolítica.
Profesor responsable: Rosa María Arráez Betancort (Dpto. de Ciencias Sociales).

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