La politóloga Noelle-Neumann supo, en el siglo XX, visibilizar la estructura sobre la que se asienta el comportamiento social de cualquier individuo. La alemana señaló que existen cláusulas que impiden contradecir la opinión mayoritaria, bajo la sanción del grupo más numeroso. Ese mismo silencio muestra la protagonista del corto El orden de las cosas donde asistimos al azote del machismo que sufre en su hogar.
Esta producción cinematográfica narra, de forma fragmentada, una cronología de la violencia de género. Además, en una edición itinerante, el agua y el cinturón adquieren una simbología autónoma, como referencia a los malos tratos que, durante toda su vida, debe soportar Julia. El corto refleja y otorga significado al cinturón como símbolo de la violencia y el líquido se erige como un intermitente del ahogo de la mujer de forma explícita. El orden de las cosas también se plasma en la presión familiar ejercida por la familia del padre quien reconduce la falta de intransigencia que pueda mostrar el marido.
Un reflejo de la inercia social del discurso que da vigencia al anacronismo que otrora dominara la relación hombre mujer y que aún encuentra su vigencia implícita entre nosotros. El orden de las cosas visibiliza lo invisible, la violencia, el cuerpo amoratado de la inercia machista que se silencia entre el público y grita en el plano íntimo del hogar.
Razón: Realización de una crítica cinematográfica en periodismo cultural sobre el cortometraje titulado El orden de las cosas (2010), dirigido por José y César Esteban Alenda. La protagonista, Julia, es una de tantas mujeres víctima de la violencia de género.
Temática: La violencia de género en el cortometraje El orden de las cosas.
Alumnos: Roberto Abad.
Curso: 2016-2017
Asignatura: Periodismo especializado