Entre pieles de ébano…, en Silueta con voz de mujer

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Ébano es el nombre dado a una densa y conocida madera negra. En el sentido estricto es producida por varias especies del género Diospyros. Cabe destacar que otras maderas del mismo color, o de color oscuro, de árboles completamente sin relación son a veces también llamadas ébano. Podemos mencionar algunas especies bien conocidas de ébano, incluyen Diospyros ebenum (ébano de Ceilán), nativa del sur de India y Sri Lanka, y Diospyros dendro (D. crassiflora, ébano de Gabón), nativa del oeste de África

¿Sabes? El ébano se distingue por ser una madera cuyo color es uno de los negros más intensos que se conocen, y además por tener una densidad muy alta. Curiosamente, es una de las pocas maderas que se hunden en el agua, ya que casi todas las demás maderas tienen una densidad menor a la del agua. ¡Su densidad es realmente asombrosa! Otro aspecto que se puede destacar es que esta madera se distingue por su buena textura y su capacidad de pulido muy suave. La madera de ébano está muy catalogada como madera preciosa.

 

“Lo posible está por encima de lo real”.
Martin Heidegger

 

Autor: Alejandro Conde
Título: Sin tí

Le gusta contonear sus caderas mientras camina. Lleva un ritmo que no es de por aquí. Un aire distinto. Un perfume peculiar. Quizás a tierra indómita. Tierra que ha sido descubierta desde hace más de cinco siglos. Debajo de su piel se esconden grandes enigmas. Y yo me pregunto por qué su nombre es difícil de figurar… de retener. Sencillamente … de pronunciar. No me canso de observarla. Me siento absorto ante sus encantos de mujer. Tres rizos alborotados por el viento realzan su color. Un color como la caoba o el ébano, ¿quizás? Su mirada de mujer enternece mis fibras más abruptas. Y aunque no me creas, carezco de eso que tú le llamas sensibilidad a flor de piel. Lo justo. Lo preciso. Pero me dejo llevar porque ella sencillamente seduce todos mis sentidos.
Hoy desconozco si soy un cliente más o sencillamente el visitante asiduo de todos los miércoles que siempre pide una taza grande de café manchado. Hoy es un miércoles más en una cafetería de un hermoso pueblo costero de la zona norte de Galicia llamado Ortigueira.

No obstante, hoy me gustaría saber de sus labios, su historia. ¿Cómo ha llegado a parar aquí? Deduzco que llegar a un país extraño no es una tarea fácil que digamos, más bien es como atracar en medio de un mar de sinsabores. Y más cuando apenas se conoce la lengua vernácula. Y es que a veces me sorprende la actitud que tienen muchos hacia las personas de una cultura diferente. Reconozco que yo debo incluirme entre ellos. Aunque quizás al principio nos llama la atención la exoticidad del inmigrante; pero desdichadamente el recelo y ciertos rasgos de racismo se apoderan de nuestro ser poco a poco. Es evidente que en pleno siglo veintiuno muchos se complacen en bombardear las ilusiones del que huye y busca refugio en un país lejano al suyo. Desde mi punto de vista, la negación ante la presencia del extranjero es una forma equívoca de aceptar y palpar la realidad. Se nos olvida que estamos ante seres humanos que principalmente desean sobrevivir y adaptarse a un novedoso mundo. Un mundo que muchas veces se torna hostil y frío.

¿Te gusta estar aquí?, – le dije mirando a sus ojos de color azabache.
Si te refieres a trabajar aquí. No, – me respondió.

Observo de reojo cómo Piel de Ébano acomoda tres tazas sobre el mostrador. Sus manos están enrojecidas por el constante uso de la solución hidroalcohólica. Son tiempos modernos. Tiempos de recién vencimiento de la pandemia. Por ello, su rostro refleja un letargo inacabado. El cansancio le absorbe sus sentidos. Pese a ello, me regala una de sus sonrisas de miércoles por la mañana. Siento deseos de protegerla. Tanto es así que analizo el cómo podría yo apaciguar las grietas a flor de piel en sus diminutas manos.

Es increíble cómo muchos arriesgan la vida a través de una peligrosa travesía. Puede llegar a ser comprensible cuando se pretende acceder a una mejor expectativa de vida en un país desconocido. Saber que son muchos los que se suben al cayuco puede resultar desgarrador porque no todos sobreviven semejante heroicidad. Por ello, al llamar a cierto grupo de personas «ilegales» puede considerarse en cierto sentido que se les niega su humanidad.

Sueño con un trabajo diferente, – me dice.
Quiero sentirme libre de ataduras, – repite en dos ocasiones.
¿A qué ataduras se refiere?, – me cuestiono
De inmediato el silencio nos invade a ambos.

Mi imaginación que es muy despierta comienza a deslizarse por un camino un tanto tenebroso, pero nada absurdo. Desconozco cómo Piel de Ébano ha llegado a parar aquí. Y si ha tenido que hipotecar su vida a costa de un rendimiento laboral ilegal y excesivo. Puede que haya adquirido una oportunidad laboral gracias a alguna mafia existente. Mafias que a través del engaño prometen al inmigrante una estancia y un trabajo seguro si contribuyen económicamente con pagas pre-establecidas desde el país de origen. Deliberadamente, el concepto de ilegalidad como forma de estatus ha sido utilizado como santo y seña de los inmigrantes “indocumentados” para justificar una categoría de individuos que no pueden optar a los derechos fundamentales que prevalecen en la sociedad.

Quiero libertad, – pronuncia entre dientes
¿Libertad? , – la cuestiono
¡Sí, libertad!, – exclama en voz alta

La palabra libertad va más allá del concepto construido por la sociedad para alcanzar una convivencia plena y constructiva, -pienso.

Si bien es cierto que la palabra libertad deriva del latín libertas y libertātis, que significa ‘el que jurídica y políticamente es libre’, también es cierto que el término aludía al que había nacido libre o al que había obtenido la libertad, tras haber nacido bajo esclavitud o vasallaje.

Por ello, un individuo puede sentirse plenamente libre cuando puede obrar sin coacción y opresión por parte de otros sujetos, Piel de Ébano no se considera libre ni actúa en libertad. Se siente prisionera de su realidad, cautiva y sometida a las órdenes de otros o sencillamente obligada a actuar bajo coacción. Desconozco cuáles son sus verdaderas ataduras. Solo sé que lucha por desprenderse de éstas.
Intuyo además que ya ha comenzado a desprenderse de las ataduras que le impiden expresarse en libertad. Ella lucha con una voz propia. Una voz que se siente cautiva, una voz con la que se defiende alto y claro, pero con honestidad. Hoy, la historia de Piel de Ébano me sigue resultando un enigma. Tanto es así que nunca más la he vuelto a ver por la parroquia de San Claudio… Ortigueira.

Donde mora la libertad, allí está mi patria.
Benjamin Franklin

Razón: Silueta con voz de mujer responde al nombre de la colaboración literaria mensual que la profesora del Grado en periodismo semipresencial, Ruth Amarilis Cotto Benítez, efectuará en Vuélcate. Se trata de una serie de relatos cortos que empoderen a las mujeres.
El logo de su colaboración ha sido cedido por el pintor Alejandro Conde. Se trata de su obra titulada Mujer con sombrero. Y este mismo pintor colabora con otras obras cedidas para ilustrar específicamente algunos relatos de la autora.
Temática: Amor.
Profesor: Ruth Amarilis Cotto.
Especialización: Filología Inglesa. Dpto. Ciencias Sociales (UEMC).

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