Pasaron los minutos, los dos ahí tumbados mirando al techo hasta que llamaron a la
puerta. Fue Crystal quien se levantó.
– Quédate tumbada, tienes mala cara.
Se movió a la puerta y abrió. Era Mike.
– Muy bien, ya la he dejado enfurruñada en la cama. ¿Qué haces levantado?
– De acuerdo. Lo primero hay que insonorizar este cuarto.
Ángela se levantó, Crystal la miró preocupado, mantuvieron una conversación
silenciosa, pero siguieron preparando la insonorización.
– Falta el techo.
– Ya subo yo, enano. Mike, sujeta la escalera.
– Ángel, no tienes buena cara, ya subo yo.
– No, estoy bien. No hace falta que fuerces. Mike, sujeta.
Subió y comenzó a poner los extraños filtros. Casi al acabar se le pusieron los ojos en
blanco. Crystal se tiró al suelo y la atrapó antes de llegar.
– Mike, rápido, un paño húmedo. ¿Cuánto hace que no toma nada? Desde lo de la bala
no la he visto comer nada.
– Pues no sé, no la he visto en ningún momento.
– ¡Joder!, hay que buscar algo ya. Su cuerpo no ha soportado todo el ejercicio sin
comer nada. Siempre me hace la misma.
Se levantó y se fue a llevarla a la cama.
– Crystal, tal vez sea mejor que no cargues…
– Ahora yo no importo, hay que ayudarla, venga ,el paño ¿tienes algo de comer?
– Aquí no.
– Vale, me bajo al coche que ahí tengo escondido un bocata de emergencias. Quédate
con ella, en poco se despertará y necesitará ver a alguien. Ahora vengo.
– Crystal…
– Es una orden.
Le miró con una cara muy seria y se fue corriendo al coche. Al salir se tuvo que sujetar
a la puerta del sitio, pero siguió con su último esfuerzo hasta el coche. Se sujetó en la
puerta, abrió el coche y cogió el bocata que guardaba en un cajón secreto bajo la
alfombrilla del copiloto. Volvió corriendo a la habitación, se iba golpeando con las
paredes mientras subía las escaleras. Le quedaban dos pasos para llamar a la puerta.
– Ahora no me falléis, piernas.
Fue a llamar casi desmayado a la puerta, antes de poder hacerlo, Mike la abrió. Crystal
se precipitó al suelo.
– Te tengo pedazo loco. No te veía con tanta falta de cordura.
Este sonrió.
– La cordura la perdí en cuanto la vi a ella. Y, por cierto, te dije que no te movieras de su
lado. Era una orden.
– No has dicho eso exactamente, pero sí he estado a su lado, aun así te estaba
vigilando por la ventana y he visto que tenías muy pocas posibilidades de poder llegar
sin acabar arrastrándote.
– Bueno, luego seguimos la charla, tengo que ayudarla.
Se puso recto y fue corriendo a la cama. Se tumbó a su lado, le acariciaba el pelo
mientras Mike vigilaba por la ventana. A los pocos minutos se despertó, seguía muy
pálida, pero tenía mejor cara.
– Hola, melona, ¿cuánto haces que no comes?
Antes de que pudiera decir palabra le entregó el bocata.
– Anda, toma.
Le dio varios bocados y ya empezaba a recuperar el color.
– Pero si este es tu bocata de emergencias. ¿Le has dicho a Mike dónde estaba?
– No, este loco ha ido corriendo a por él como un desquiciado mientras yo me quedaba
cuidándote.
– Crystal…
Le miró con una cara de cabreada y este sonrió y puso cara bueno elevando los
hombros.
– ¿Qué iba a hacer? Tú eres lo primero y más importante de mi vida… No iba a…
– Ven aquí puto loco.
Le besó.
– Perdona Mike, estarás incómodo… Ya paramos.
– Nada, no te preocupes.
Se sentaron y se agarraron de la mano.
Para una lectura más rápida o involucrarse más en la historia también estoy en mi blog: salvamedemimismo.wordpress.com o en Wattpad: Sálvame…de mi mismo @hija_de_osiris
Razón: Oculta bajo el seudónimo de Radio Rebelde -como en la película de Disney- está una persona ambiciosa y enamorada de una historia que es mucho más de lo que parece al ser leída. Es la única forma que tengo de expresarme luchando contra mi miedo de ser juzgada.
Temática: Historia de ficción, de luchas, amores rotos, otros correspondidos y reflexiones sobre todo pese a ser en contra de lo estándar.
Alumnos: Radio Rebelde.
Curso: 2018-2019.
Profesor responsable: Carolina Pascual Pérez (Dpto. Ciencias Sociales).