La Constitución de Cádiz de 1812, promulgada en una tacita de plata amenazada por la invasión francesa, determinaba la creación de las Diputaciones en las provincias españolas de la península y de los territorios de ultramar. En marzo de 1813 debían constituirse las Juntas Preparatorias que activarían el proceso para la elección de los diputados provinciales, pero los gabachos aún andaban haciendo de las suyas en la ciudad de Valladolid; así que la primera reunión para activar la constitución de la Diputación Provincial de Valladolid tuvo lugar en Puebla de Sanabria el 3 de marzo de 1813. La comarca de Sanabria formaba parte de las Tierras del Conde de Benavente que por aquel entonces pertenecían a la provincia de Valladolid.
Una vez que los franchutes fueron expulsados de Valladolid en junio de 1813 y que pudo escucharse el ¡viva la Pepa! la Diputación comenzó su actividad de forma regular en la propia ciudad, capital de la provincia.
El concepto de provincia tiene origen romano, pero si buscamos un antecedente más cercano de las provincias actuales podemos avanzar hasta las Cortes de Castilla, que en el siglo XIV contaban con 5 circunscripciones con representación en Cortes (Cortes de Toro de 1371). Tras la Reconquista de la península y la evolución política posterior ya sumamos 32 provincias y 8 distritos en el Censo de Población de 1590. Y entre ellas “la provincia de Valladolid y el distrito de las Tierras del Conde de Benavente que incluía señoríos de Zamora, León, Valladolid y Orense”. Estas Tierras del Conde de Benavente estaban formadas por “la Tierra y sacada de Benavente, Tierra de Mayorga, Tierra de Almanza, Tierra de Sanabria, Tierra de Portillo, y Tierra de Viana del Bollo”.
El Nomenclátor de Floridablanca (1785-1789) ubica en el mapa 38 provincias peninsulares, pero con una falta de homogeneidad que hacía inviable una gestión político-administrativa mínimamente racional. O sea, un auténtico viva la Pepa. Algo había que hacer y el primero que quiso poner un poco de orden en la división territorial del Estado fue Pepe I (José de Bonaparte, hermano de Napoleón) que dividió España en 38 prefecturas; al estilo francés, claro. La prefectura de Valladolid estaba formada por territorios de Valladolid, Segovia y Aranda de Duero. Pero los españoles no hicimos caso a Pepe sino a la Pepa que estableció de forma provisional 31 provincias en la península, islas Baleares y Canarias; así que la provincia de Valladolid se quedó como estaba.
Posteriormente se sucedieron otros intentos legislativos y numerosos litigios interprovinciales, concluyendo en el caso de Valladolid que en enero de 1822 se decreta que los partidos de Benavente y Sanabria pasan a depender de la Diputación de Zamora, el de Palenzuela a Palencia y los de Mansilla y Rueda del Almirante a León.
Y finalmente llegó la reforma territorial de 1833 con la que Valladolid integró a Íscar procedente de la provincia de Segovia (¡por fin una conquista!). Con esta reforma no sólo se configuran las provincias que ahora conocemos -salvo alguna pequeña variación posterior- sino también las regiones españolas hasta la creación de las Comunidades Autónomas:
– Castilla La Vieja estaba integrada por Ávila, Burgos, Logroño, Palencia, Santander, Segovia, Soria y Valladolid.
– Y León por León, Salamanca y Zamora.
Las Comunidades Autónomas de Cantabria y de La Rioja se crearon en 1982; y la de Castilla y León en 1983.
«En cada provincia habrá una Diputación llamada provincial, para promover su prosperidad, presidida por el jefe superior.» Art. 325 de la Constitución de Cádiz de 1812.
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Temática: Constitución de la Diputación Provincial y de la provincia de Valladolid.
PAS: Daniel Tomillo Colomo. Departamento de Admisiones y Marketing UEMC.
Especialización: Observar, indagar para descubrir algo y aprender antes de dormir.