La moda como objeto cultural y expositivo: Sección cultura, creatividad y sociedad.

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La primera definición que aporta la Real Academia Española (RAE) sobre la palabra moda nos habla del “Uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país”; acepción que queremos vincular con la aportada en tercer lugar a la palabra cultura como “Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.”. De ambas definiciones se puede inferir que ambos términos están relacionados con los modos y costumbres sociales y culturales, pero ¿cómo ha llegado la moda a ser objeto cultural y expositivo?

Durante siglos la moda en el vestir ha sido un signo de distinción social que no siempre ha estado al alcance de todos. Por lo tanto, está ligada al aspecto social y cultural del ser humano y como tal ha evolucionado a lo largo de la historia. Aunque desde el Renacimiento empezó a tomar relevancia entre las clases sociales pudientes, no es hasta la Revolución Francesa, con la caída de la nobleza y el ascenso de la burguesía, que las diferencias entre las clases sociales se fueron diluyendo y su aspiración al bienestar social se manifestó a través de la moda.

A comienzos del primer tercio del siglo XIX, surgieron las publicaciones especializadas de moda en España que imitaban a las que se editaban en París, ciudad que marcaba las pautas del buen gusto en el resto de Europa. Estas revistas, que se financiaban mediante suscripciones, comenzaron a incluir figurines con patrones, que permitían a sus suscriptoras recrear los trajes; lo que hizo que de alguna forma se democratizara la moda al ponerla al alcance de todos los estratos sociales. Las revistas de moda también servían de vehículo cultural a medida que la población fue aprendiendo a leer, puesto que además de incluir crónicas de moda y de sociedad, publicaban novelas y cuentos por entregas de autores reconocidos.

En el siglo XIX surgieron los primeros grandes modistos como Charles Frederick Worth, que vistió a celebridades de la época como la emperatriz Eugenia de Montijo, y casas de modas como Ducet, cuyos modelos eran muy codiciados por las señoras con posibles. Emilia Pardo Bazán, en su libro Cuarenta días en la exposición, narra a modo de crónica la exposición de París de 1889, en la que la condesa de Pardo Bazán dedicó varios capítulos a la moda y a los trajes de la época expuestos en uno de los pabellones. Se podría decir que, en las últimas décadas del siglo XIX en Paris, donde la moda siempre ha gozado de gran predicamento, esta comenzó su carrera como objeto cultural y expositivo. Nadie duda de que Paris ha sido tradicionalmente la capital mundial de la moda, por lo que no es de extrañar que cuente con un museo dedicado a su historia desde los años cincuenta del siglo pasado: el Palais Galliera o Musée de la Mode de la Ville de Paris.

En España ya interesaban las exposiciones dedicadas a la indumentaria y al traje regional desde 1925, cuando tuvo lugar la Exposición del Traje Regional e Histórico, inaugurada por SS.MM. los Reyes, donde se empezó a plantear la posibilidad de crear un espacio específico para la conservación de los fondos de la exposición. En 2004 nace el Museo del Traje CIPE en Madrid, cuyas últimas siglas significan Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico, es decir, su objetivo principal es promover la conservación y el estudio del Patrimonio cultural de nuestro país. Como misiones del Museo se encuentran las siguientes: ”Conservar, proteger y promover las colecciones de indumentaria y moda que custodia, así como todo el conocimiento, directo o transversal, que se desprende de ellas, proporcionando a sus visitantes actividades basadas en la solidez discursiva accesible, a los estudiantes de moda un lugar de intercambio de conocimientos y a los profesionales del sector un punto de encuentro y desarrollo”. Si se analizan las misiones del museo, se puede dilucidar que no solamente se encarga de las tareas básicas encomendadas a estas instituciones en relación a la conservación y difusión de sus fondos y materiales, sino que sus esfuerzos están divididos en tres líneas principales que son: en primer lugar, hacer accesible y comprensible al público en general dichos fondos a través de su colección permanente o sus exposiciones temporales; en segundo lugar, servir de referente y ayuda en el desarrollo de las futuras generaciones de diseñadores, para ello dispone también de una biblioteca especializada; y en tercer lugar, ser un espacio de intercambio de experiencias y generador de sinergias de profesionales del sector. Todo ello, sin perder de vista, tal y como señala el Consejo Internacional de Museos en su Código de Deontología, que los museos deben ser capaces de programar actividades que generen ingresos sin ir en contra de las normas de la institución ni del público al que se dirige (ICOM, 2013: 2).

Además del Museo del Traje, en España contamos con un museo dedicado a la figura y obra del gran maestro Cristóbal Balenciaga situado en su Getaria natal. Durante la guerra civil se trasladó a Paris, ciudad que le consagró e hizo de él uno de los modistos más apreciados internacionalmente. Si hablamos de creatividad, Balenciaga innovó en sus creaciones a través de los cortes y siluetas, al margen de las tendencias del momento. Por todo ello, era necesario contar con una institución que conservara y difundiera el legado personal y la obra de este genio de la aguja, que tanto ha influido en los diseñadores a lo largo de las siguientes décadas, y que ya forma parte de la historia de la moda y el diseño.

Desde comienzos del siglo XXI las exposiciones y actividades en torno al mundo de la moda y del traje se han incrementado, tanto dentro como fuera de España; y seguramente siga in crescendo, pese a que seguimos en estado pandémico aún. Como ejemplo de muestra realizada durante la pandemia se encuentra “#Firetalkwithme”, comisariada por la diseñadora Ana Locking, que tuvo lugar en el espacio de encuentro intercultural CentroCentro de Madrid, donde se planteaba una nueva forma de sentir y vivir la moda tras el shock y el parón económico sufrido por este sector a nivel mundial desde marzo del año pasado.

La moda por lo tanto interesa más allá de su valor estético, tanto dentro del sector cultural y creativo como económico. A través de su evolución se pueden conocer los cambios sociales, económicos y culturales de una época concreta. Habrá que ver hacia dónde discurre su discurso expositivo en los próximos años en las diferentes propuestas culturales que se realicen en todo el mundo.

 

Bibliografía

Arroyo Martín, C. (2018). La Moda Elegante Ilustrada en el período de entreguerras (1918-1927). Análisis documental (Tesis doctoral). Recuperado de: https://eprints.ucm.es/id/eprint/49278/
Cristóbal Balenciaga Museoa (2021). Recuperado el 14 de noviembre de 2021 de: https://www.cristobalbalenciagamuseoa.com/
ICOM (2013). Código de Deontología del ICOM para los Museos. Recuperado el 14 de noviembre de 2021 de: https://ich.unesco.org/doc/src/Example_code_of_ethics-ICOM-SP.pdf
Locking, A. (2020). #Firetalkwithme. Recuperado el 13 de noviembre de 2021 de: https://www.centrocentro.org/exposicion/firetalkwithme
Museo del Traje (2021). Recuperado el 14 de noviembre de 2021 de: https://www.culturaydeporte.gob.es/mtraje/museo/mision.html
Palais Galliera (2021), Recuperado el 14 de noviembre de 2021 de: https://www.palaisgalliera.paris.fr/en/collections/collections
Pardo Bazán, E., Condesa de (2020). Cuarenta días en la exposición. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Recuperado de: http://www.cervantesvirtual.com/obra/cuarenta-dias-en-la-exposicion-1048256/
Real Academia Española (202I). Recuperado el 14 de noviembre de 2021 de: https://www.rae.es/

 

Razón: La alumna Carmen Arroyo Martín colabora con el blog Vuélcate con su sección Cultura, creatividad y sociedad. En esta primera colaboración se centra en un ensayo realizado en la asignatura Fundamentos teóricos de las Industrias culturales y creativas, del Máster UEMC en Dirección y Gestión de Industrias Culturales y Creativas (Semipresencial).
Temática: Cultura y .
Alumno: Carmen Arroyo Martín.
Especialización: Máster en Dirección y Gestión de Industrias Culturales y Creativas (Semipresencial).

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