Con los años se ha instaurado la sensación de que el periodismo ha perdido su peso fundamental en la sociedad, la seriedad que se le presuponía años atrás y, sobre todo, el valor como instrumento y garante democrático. Perdidos entre “fake news” y la búsqueda del “click” rápido de ratón que reporte unas periódicas ganancias, los profesionales del periodismo han dejado de lado la búsqueda constante para crear buenos trabajos. Sin embargo, este descrédito de la profesión no es en cien por cien culpa de los periodistas. Esta es una profesión difícil, en constante proceso de cambio y con una responsabilidad social muy grande.
Una responsabilidad tan grande como difícil de corresponder, ni más ni menos que la de trabajar por una sociedad y una democracia justa y saneada, en la que las malas prácticas sean sacadas a la luz por los periodistas, luchando contra los autores de esas acciones que quieren a toda costa que sigan escondidos en los fondos más oscuros de la sociedad. Parece algo hipócrita juzgar al periodismo y a los periodistas y desmerecer su labor para después pretender que esos mismos zoquetes salven a toda una nación, a toda una sociedad y a toda una democracia. Además, no hay que olvidar que han de llevar a cabo esa tremenda labor sin apenas recursos, sin apoyos y con un sueldo cada vez más precario.
Si tan importante es la labor del periodismo ¿no debería protegerse? Una persona que ha tenido la suerte de dedicarse profesionalmente al periodismo, no puede quedar abandonada a su suerte, luchando sin medios contra las entidades más poderosas y pretender que gane y consiga un nuevo caso Watergate que enganche al público al periodismo de nuevo y, de paso, que haga de la sociedad un lugar más sano en el que vivir.
El periodismo debe ir de la mano de otros instrumentos democráticos y apoyarse en ellos para garantizar su correcto funcionamiento. Si el periodista interpretado por Al Pacino, en la película «El Dilema” pudiera apoyarse en un mecanismo instaurado por la democracia para que el científico interpretado por Russel Crowe pudiera dar su testimonio sobre la adicción generada en los cigarrillos químicamente, de una forma segura y con todas las facilidades posibles, sería más sencillo tanto para periodista como para confidente contribuir a la democracia.
Sigan criticando a los periodistas y a su profesión, pero al César lo que es del César. Rompan una lanza de vez en cuando por ellos y párense a ver cómo estos patanes, a veces, salen ahí fuera y, contra todo pronóstico, vuelen con una democracia más sana y justa.
Razón: Artículo de opinión en el marco de la asignatura Periodismo de investigación tras ver la película El Dilema (1999) de Michael Mann.
Temática: Por qué es tan importante el periodismo.
Alumnos: Francisco Ángel Paíno Blanco.
Curso: 2019-2020.
Asignatura: Periodismo de investigación.