Disfrutar del campo a lo grande por veinte pavos

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Pasear en un entorno natural con animales, árboles, plantas, flores… oler la naturaleza, respirar aire puro… disfrutar del campo a lo grande. En Valladolid es posible hacerlo en pleno centro y por veinte pavos. Es cierto: son reales y es gratis.

El Campo Grande de Valladolid tiene en los pavos reales uno de sus más afamados atractivos. Los pavones o pavorreales son los reyes de este histórico parque y su símbolo más reconocible desde que llegaron las primeras parejas en 1930. Se pasean ufanos y las exhibiciones de los machos -pavoneos o pavonadas- son espectaculares en la época de celo (primavera) haciendo la rueda al desplegar en abanico su vistosa cola. Sus gritos o graznidos son muy peculiares también, casi horrísonos, pavorosos.

Pero en el Campo Grande también podemos escuchar chirridos, ronquidos, cantos y gorjeos, maullidos, bufidos y ronroneos, cacareos y cloqueos, arrullos y zureos. Y es que junto a los pavos reales también conviven ardillas rojas, gansos, ocas, cisnes, patos, patos y más patos… y cangrejos, carpas y carpines. Otras especies cohabitan como polizones, como la tortuga de Florida y los gatos. En la década de los 70 hubo incluso una pareja de ciervos llamados Alfa y Romeo.

El parque dibuja un quesito en el plano de Valladolid del que salen dos cuñas más finas merced a la división norte-sur que marca el Paseo del Príncipe, a partir del cual se accede a múltiples caminos y recovecos por los que los niños, mayores y los de la edad del pavo pueden pasear, explorar y perderse. Así pueden descubrir varias pajareras con faisanes, perdices, codornices, tórtolas, gallos y gallinas, periquitos, canarios, loros y jilgueros. El palomar -ubicado frente a la Academia de Caballería- alberga palomas mensajeras criadas y entrenadas a diario desde 1932 por el Club Colombófilo de Castilla. Es una de las tres pajareras del parque, junto a la ubicada cerca de la Fuente de la Fama (fechada en la misma década) y a la faisanera (de 1914) situada cerca de la Plaza de Colón.

En sus 11,5 hectáreas el Campo Grande alberga también más de sesenta especies de árboles, un estanque, una pequeña cascada y una gruta con estalactitas de Atapuerca, que no es moco de pavo.

El Campo Grande -antaño Campo de la Verdad y luego Campo de Marte- es un parque del que cualquier vallisoletano se siente orgulloso. Siempre estuvo ahí, aunque su configuración actual fue impulsada por el alcalde Miguel Íscar a finales del siglo XIX. El etnógrafo Joaquín Díaz, asocia a la infancia sus primeros recuerdos del Campo Grande que “hizo las veces de bosque encantado, de refugio místico, de escondite natural, de atajo hacia la felicidad, de sombra bienhechora”. Es un privilegio en pleno centro urbano poder perderse por el campo evadiéndose del estrés, los humos y los ruidos de la ciudad. Y pelar la pava con toda la tranquilidad del mundo.

Twitter @DaniTomix
Instagram DaniTomix

Razón: ‘Enfoque Tomix’ es una selección de imágenes comentadas con las que descubrir algo nuevo a través de la óptica particular de @DaniTomix (Instagram y Twitter).
Temática: El Campo Grande de Valladolid.
PAS: Daniel Tomillo Colomo. Departamento de Admisiones y Marketing UEMC.
Especialización: Observar, indagar para descubrir algo y aprender antes de dormir.

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