Ponte un trozo de cuarzo colgado al cuello, compra carísimos cristales y minerales y mételos en el agua que bebes a diario, o ponlos en la mesa para eliminar las ondas malignas de los aparatos electrónicos. ¿En serio hay quién se cree que un trozo de cristal puede hacer algo más que decorar? Sí, como siempre, la realidad supera cualquier ficción en la que podamos pensar.
Los cristales curativos son una moda cara, absurda y sin ningún tipo de rigor científico. Hace unos años varias influencias protagonizaron una bochornosa campaña con cristales y otros elementos esotéricos. A pesar de la obviedad, los científicos han desmentido que los cristales puedan curar o hacer cualquier cosa más allá de la mera decoración. ¿Ha parado esto a sus seguidores? Por supuesto que no, ¿os pensabais que estábamos en la era de la razón y el conocimiento?
Los cristales en el siglo XIII
Los cristales y sus poderes no son algo nuevo, al contrario, en el siglo XIII, durante el reinado de Alfonso X, el rey sabio ordenó redactar compendios de conocimientos de todo tipo. En los apartados de literatura científica, más concretamente en el Lapidario recoge una descripción de algo más de 300 piedras en relación con los signos del zodiaco, cada capítulo está compuesto por un breve apunte astronómico, la descripción del mineral en cuestión, las supuestas virtudes curativas y, además, nos habla de sus propiedades maravillosas. Desde curar los dolores menstruales hasta evitar el embarazo, pasando por la cura del envenenamiento. Pero no contentos con esto escribieron un segundo, tercero y cuarto tratado sobre las piedras.
En el segundo, se reajusta el punto de vista de las piedras y no se centran en su poder de curación sino en su efecto en la conducta humana. Aquí la fantasía se apodera de la época y con una piedra puedes inducir el enamoramiento y hasta conseguir beneficios en forma material.
Para el tercer tratado se propusieron aumentar la apuesta y llegaron hasta la astrología. Se fija aquí un criterio para estudiar las piedras según el estado de los planetas. Y en el cuarto se consagran al escribir sobre la configuración de las propiedades de las piedras, según la influencia de las constelaciones.
Creo que es el momento de resolver dudas: no, que un rey apodado el sabio ordenase escribir sobre piedras curativas no les otorga veracidad; porque se haya escrito sobre esto hace siglos no quiere decir que funcione; las piedras curativas eran y son una estafa. En esta época aún no existía la medicina propiamente dicha, confundían la astrología con la astronomía y se pensaban que existían las brujas y los demonios. Así que, si alguien utiliza esto como argumento a favor de los poderes curativos de las piedras preciosas… Creo que podemos decir que se está retratando a sí mismo.
Los cristales en el siglo XXI: ocho siglos de avance, para nada
Han pasado ocho siglos, ochocientos años desde que se escribieron esos tratados. Imagínense que nos basásemos en los tratados sobre medicina, o sobre biología o geografía de la época. Seguiríamos haciendo sangrías, no conoceríamos la inmensa mayoría de enfermedades que existen y pensaríamos que América no existe. Si se ha avanzado tanto en esos y en todos los campos, ¿por qué la gente sigue creyendo en los cristales mágicos?
Actualmente, en vez de escuchar a científicos y divulgadores, en lugar de leer estudios realizados con el método científico, la gente prefiere ver y escuchar youtubers que no tienen la menor idea de lo que están hablando y leen los artículos y cuentos que divulgan farsantes y estafadores. Las chamanas youtubers que te limpian la cartera y de las que habló La gata de Schrödinger en su canal son un ejemplo de muchos.
Es bastante habitual encontrarnos con el discurso que nos dice: vivimos momentos de incertidumbre por eso hay que recurrir a la sabiduría ancestral… ¿Incertidumbre o ignorancia? Estamos ante la máxima oleada y expansión de información en toda la historia. Jamás ha habido un momento histórico con mayor información y aún se atreven a decir que hay incertidumbre. No, lo que hay es ignorancia y desconocimiento y además por placer. Si quieres saber, si quieres conocer, si quieres dejar de ser ignorante busca información en fuentes fiables. Contrasta y empápate de conocimiento, pero no escuches a místicas que te dicen que pongas un cristal al lado del ordenador para que no te afecten las ondas electromagnéticas.
Ocho siglos desde que se escribieron los tratados sobre los cristales, ocho siglos de prueba tras prueba de su ineficacia y aún así los humanos nos seguimos tropezando con la misma piedra: la ignorancia. Quizás en los próximos ocho siglos, la humanidad se percate de la cantidad ingente de tonterías en las que cree, de que aunque la ciencia y su método no sean perfectos son la única forma de revelar la realidad. Porque aunque te creas que un cristal te va a sanar, en realidad lo único que va a hacer es decorar tu casa y vaciar tu cartera.
Twitter: @Mariaesp19
Instagram: mariaespinosa.19
Blog: Espantapájaros
Razón: La ex alumna de la UEMC María Espinosa escribe una columna sobre ciencia y divulgación llamada Un dragón en el garaje, haciendo alusión a la metáfora más famosa de Carl Sagan. En la columna se tratan temas científicos y divulgativos de una forma sencilla y amena.
Temática: La moda de los cristales mágicos con poderes curativos, su ineficacia y un breve apunte histórico del reinado de Alfonso X. En el siglo XIII se creían que los cristales curaban, tras ocho siglos aún no hemos aprendido.
Antiguo alumno: María Espinosa Lorenzo.
Especialización: Grado en Periodismo en la UEMC. Trabajo Fin de Grado: Periodismo científico y homeopatía en la prensa digital generalista española. Especializada en Ciencia y divulgación.
Profesor responsable: Rosa María Arráez Betancort (Dpto. de Ciencias Sociales).
