Llorar para ser llorado
El aire es gelatinoso y espeso. Cada vez me cuesta más respirar, sacando fuerzas de lo más profundo de mi pecho. La gravedad es más potente, todo es más pesado. Noto la carga de las paredes sobre mis espaldas. No puedo correr, no puedo quedarme quieto. Me duele algo de mi ser que ni siquiera sabía que tenía. Pesa,...