El periodista de investigación siempre se ha nutrido de multitud de factores, situaciones y acontecimientos para elaborar su trabajo. Pero lo que de verdad hace a un buen periodista de investigación son sus fuentes, sus hijos.
¿Qué sucede cuando los coges por primera vez en los brazos? Atemorizados, inexpertos ante este nuevo mundo. Cuando una fuente acude a un periodista, o por cosas del destino se acaban juntando, el periodista debe ser cuidadoso, sin asustar a su fuente. Debe ser el que, sin obligarlo directamente, guíe a la fuente por el buen camino, mostrándole cual es la mejor salida y que, por voluntad propia, acceda a colaborar e introducirse en el mundo del periodismo de investigación.
Una vez dentro, este hijo verá que todo no es tan bonito como se lo imaginaba en el periodismo. Siempre habrá matones que intenten hacerle daño. Las fuentes, en infinidad de casos, reciben presiones inimaginables. Amenazas verbales, físicas, económicas. ¿Y quién debe intervenir? El periodista de investigación. Como padre, debe siempre proteger a su hijo de estos matones, estar dispuesto a dar lo que sea porque su hijo no salga herido. En todo momento, debe cuidar a su fuente.
Porque verlos madurar es un regalo para un padre. Es el momento en que un periodista se siente orgulloso de su fuente, de la información que ha revelado y el bien que ha hecho a la sociedad. Como cuando un hijo se gradúa. Una fuente no puede vivir sin su periodista. Un periodista no puede vivir sin su fuente. A ti, periodista de investigación, si tienes una fuente: ¡Cuídala!
Razón: Artículo de opinión en el marco de la asignatura Periodismo de investigación y la presión de las fuentes periodísticas, en concreto, sobre la película El Dilema (1999).
Temática: El periodista debe cuidar sus fuentes.
Alumnos: Jorge Carrón Valles. Foto: Jorge Carrón Valles.
Curso: 2017-2018.
Asignatura: Periodismo de investigación.
