En el anterior artículo repasábamos la emergencia climática y la urgencia de frenarla, es más, el mensaje final era esperanzador: estamos a tiempo, si actuamos ya.
En esta ocasión he querido traeros un concepto que saca a colación la urgencia en la que nos encontramos respecto al medio ambiente. La ciencia medioambiental ha desarrollado el término “Tiping points” para aquellos puntos de inflexión, de no retorno, que nos marcan hasta dónde podemos llegar en la destrucción del planeta.
Qué son los “Tiping points” y por qué deberíamos preocuparnos
Los “Tiping points” o puntos de inflexión son aquellos límites que, si se exceden, producen cambios significativos e irreversibles en un sistema. Además, traspasar estos márgenes supone también el desencadenamiento de consecuencias que reforzarán la situación crítica de dicho sistema. En cuanto a la crisis climática, este sistema es el planeta Tierra y los límites se establecieron hace una década. Estos ahora están activos, según el grupo de científicos liderado por Timothy M. Lenton de la Universidad de Exeter (Reino Unido). Los principales y que preocupan más.
Los puntos de inflexión son los siguientes:
- La muerte regresiva de los bosques boreales.
- El estado de la selva amazónica.
- La pérdida de hielo Ártico y Antártico.
- La muerte de los corales de agua caliente.
- La capa de hielo de Groenlandia.
- El permafrost.
- La circulación de vuelco meridional del Atlántico.
El punto de no retorno ya está aquí
La ciencia nos ha advertido y se han establecido puntos de inflexión, de no retorno, que no deberíamos pasar si queremos seguir teniendo un planeta donde vivir. Pero ya se han traspasado. El ambientólogo Jorge Lantada comenta cómo afectan a la crisis climática:
El problema con los puntos de inflexión es que a medida que avanzamos estamos viendo cómo se retroalimentan. Tenemos tres sistemas en el planeta donde se reparten estos puntos: La biosfera donde vivimos nosotros, los seres vivos. La criosfera, las zonas de hielo, los polos, Groenlandia, la zona ártica y antártica. Y las circulaciones de aire. El planeta se comporta como un organismo y estos puntos son partes de él. Podemos deducir que, al igual que nosotros tenemos fiebre y eso nos causa problemas, así sucede con el aumento de la temperatura global.
Actualmente, como comentábamos en el anterior artículo, el acuerdo de París ya se ha sobrepasado y estamos en una subida de 1.8º grados en el planeta. Con esto vemos que afecta a los puntos de inflexión empeorando su situación.
Según Naciones Unidas, con el compromiso actual vamos a 2.4 grados. Esto significaría en un cuerpo humano una fiebre de 39. Y aun así es la meta que tenemos actualmente. Además, subir dos grados al planeta es mucho más grave que un aumento de temperatura en un cuerpo humano. La criosfera es donde actualmente se están dando los problemas mayores, la reducción de hielo en esas zonas es escandalosa.
Llevamos años escuchando hablar del deshielo de los glaciales y parece que todavía hoy en día no se hace lo suficiente para frenarlo.
El deshielo hace que se pierda el efecto Albedo. Este efecto es la capacidad de reflexión de los rayos de sol sobre la superficie. El hielo es una de las estructuras que más refleja el sol. De todos los rayos que nos llegan del sol una parte se quedan, pero otra se refleja y “rebota” fuera de la tierra. Si se pierde capacidad de reflexión, la radiación que se quede incrementa el efecto invernadero. Además, con el deshielo aumenta el nivel del mar y, con ello, la bajada de la salinidad del mar afectando a las corrientes marinas.
Si queréis saber más sobre las corrientes marinas y por qué son tan importantes, os dejo el anterior artículo donde lo explicamos: https://vuelcate.blogs.uemc.es/crisis-climatica-estamos-a-tiempo-en-un-dragon-en-el-garaje/
De todos los puntos que deben preocuparnos, sin duda Jorge Lantada destaca la biodiversidad por encima de todos, si bien, debemos recordar que se retroalimentan constantemente. Sin la biodiversidad no podemos vivir. Tal vez sea hora de que nos preocupemos más por la vida que por la economía. En este sentido, el valor de poner la vida en el centro de las preocupaciones sociales y medioambientales, habla Yayo Herrero, divulgadora e ingeniera cántabra a quien os recomiendo que leáis.
La biodiversidad, recalca Lantada, es lo que nos mantiene vivos. Todos estos cambios en el planeta afectan a las plantas, animales y a sus relaciones y con ello a la vida.
Desde el permafrost se derrite el suelo de Rusia generando C02 y provocando la muerte de animales y plantas, hasta la muerte del coral. La biodiversidad es fundamental para poder sobrevivir. Por ejemplo, el coral, es un animal, y estamos perdiendo ingente cantidad de biodiversidad con su desaparición. El 25% de los animales marinos dependen de los corales.
Una cifra que asusta teniendo en cuenta que ese 25% que depende directamente del coral y dependen también otros tantos animales y plantas. Es decir, se crea una cadena de consecuencias inabarcables.
Todavía podemos hacer que no se traspase, pero las políticas no son las mejores. En lugar de cultivar los corales en un laboratorio, deberíamos proteger los que ya existe. Los esfuerzos no están bien enfocados. La biodiversidad nos mantiene vivos. Todos los ecosistemas están compuestos por animales y plantas. Si perdemos esto, estamos muertos.
Antes de finalizar, dejamos una propuesta del ambientólogo sobre el futuro y sobre las generaciones venideras.
Todos tenemos responsabilidades como ciudadanos, la responsabilidad como personas va más allá, debemos cuidar y respetar la naturaleza, la biodiversidad, cuidar el planeta donde vivimos y no ponerlo por encima de la economía. Se debería enseñar a cuidar el planeta en el colegio, a estar en contacto con la naturaleza y apreciarla.
De todos los puntos de inflexión, el único sobre el que hemos tenido un impacto es el agujero de la capa de ozono, porque se actuó para frenarlo hace años prohibiendo los sprays que lo fomentaban. No somos incapaces de actuar, tenemos herramientas y medios para hacerlo. Tal vez no podamos frenar las consecuencias de la crisis climática, pero sí podemos prepararnos e intentar conseguir el escenario menos malo en el futuro. Está en manos de todos.
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Blog: Espantapájaros
Razón: La ex alumna de la UEMC María Espinosa escribe una columna sobre ciencia y divulgación llamada Un dragón en el garaje, haciendo alusión a la metáfora más famosa de Carl Sagan. En la columna se tratan temas científicos y divulgativos de una forma sencilla y amena.
Temática: Finalizamos la reflexión sobre la crisis climática explicando qué son los tiping points, puntos de inflexión en el medioambiente que determinan la vida en el planeta. Con la colaboración del ambientólogo Jorge Lantada repasamos las repercusiones que esto tiene sobre nuestra supervivencia y la crisis climática.
Antiguo alumno: María Espinosa Lorenzo.
Especialización: Grado en Periodismo en la UEMC. Trabajo Fin de Grado: Periodismo científico y homeopatía en la prensa digital generalista española. Especializada en Ciencia y divulgación.
Profesor responsable: Rosa María Arráez Betancort (Dpto. de Ciencias Sociales).