Existe un curioso fenómeno: cuentan las leyendas que cuánto más apareces en televisión mayor es un ego. Se dice que, poco a poco, algo crece en ti y te hace pensar que puedes soltar lo primero que se te pase por la mente sin consultar con un experto o sin, tan siquiera, hacer un chequeo rápido de verificación. Esta oscura y terrible leyenda afecta a no pocos presentadores, y me gustaría llamarlo: el mal de la fama. A más fama, más tonterías crees poder decir impunemente.
Hace unas semanas visitaba el programa de Susanna Griso la actriz Amparo Larrañaga, tras su retirada de los escenarios debido a problemas médicos. Tras contar su experiencia fruto de una insuficiencia mitral severa, la presentadora se atrevió a afirmar, sin ningún pudor, que todas las mujeres deberían revisarse la válvula mitral por ser la primera causa de muerte en su género.
Aunque esta afección supone un riesgo para quien la padece y debe estar controlado por su cardiólogo, no equivale a que todas las mujeres debamos acudir como una horda atemorizada a nuestro médico exigiendo una prueba innecesaria. Este llamamiento basado en el miedo más natural, a la propia muerte, no es sino una forma de confundir y atemorizar a la población femenina.
Su afirmación se basaba en la evidencia de una mujer a quien le había sucedido esto. No, no me he equivocado de número, una persona. Si la evidencia médica se basase en testimonios y pruebas de un solo paciente no podríamos salir de los hospitales y colapsaríamos cualquier tipo de prueba médica para descartar mil y una enfermedades potenciales.
Esta enervante anécdota, que solo se quedará en eso para algunas personas como para la propia presentadora, tiene un trasfondo mucho más relevante. Simplemente mencionaré, por no repetir la cantinela de siempre, que los periodistas no son expertos en nada y menos los que aparecen maquillados y rodeados de focos favorecedores. No debemos hacer caso a sus recomendaciones cuando se las sacan de la manga sin consultar a nadie. Es más, tampoco conviene que creamos todo lo que escuchamos de los tertulianos profesionales que lo mismo te hablan de la caída del Ibex 35 que de la última catástrofe mundial.
Cuando llega la paciente a una consulta cardiológica exigiendo una prueba innecesaria con miedo a una muerte segura porque se lo han contado en la televisión, Susa Griso no estará allí para explicarle que habló antes de pensar o de consultar a alguien con los conocimientos apropiados para evaluar esa afirmación. Entonces, la paciente asustada se quejará del trato recibido y pondrá el grito en el cielo porque no le quieren hacer una prueba que “podría salvar su vida” cuando seguramente no haya nada de lo que preocuparse. Esto parecerá una nimiedad y quedará reflejado solamente en estas palabras, porque la única solución sería reiniciar el periodismo y empezar de nuevo. Lamento no tener hoy un consejo o una indicación más allá de la evidente: fiaros de vuestros médicos y no hagáis caso de la televisión. En el siguiente artículo explicaremos detenidamente en qué consiste esta patología y por qué la exigencia de pruebas médicas sin fundamento no beneficia a nadie.
Twitter: @Mariaesp19
Instagram: mariaespinosa.19
Blog: Espantapájaros
Razón: La ex alumna de la UEMC María Espinosa escribe una columna sobre ciencia y divulgación llamada Un dragón en el garaje, haciendo alusión a la metáfora más famosa de Carl Sagan. En la columna se tratan temas científicos y divulgativos de una forma sencilla y amena.
Temática: Destacamos un caso reciente de consejos malinformados que reproducen los medios. En este caso, Susanna Griso haciendo un llamamiento para realizar pruebas médicas innecesarias.
Antiguo alumno: María Espinosa Lorenzo.
Especialización: Grado en Periodismo en la UEMC. Trabajo Fin de Grado: Periodismo científico y homeopatía en la prensa digital generalista española. Especializada en Ciencia y divulgación.
Profesor responsable: Rosa María Arráez Betancort (Dpto. de Ciencias Sociales).