Los grandes logros que nos han permitido llegar a un cierto grado de civilización, como son el uso de la razón y los argumentos basados en evidencias, hoy se dejan totalmente de lado. La gente tiende a escoger hechos relevantes según cuadren con sus firmes opiniones, cuanto menos cuadren, menos los tendrán en cuenta.
El psicólogo Dan Kahan, de la Universidad de Yale, coincide en su investigación conque la sociedad pretende construir pruebas para que sean congruentes con la identidad y no con la verdad. Lo que se busca es respaldar teorías propias y, por lo tanto, escoger las pruebas o datos que las apoyen, omitiendo el resto que las contradiga.
Todo esto lo hemos aprendido de nuestros políticos quienes ya empezaron a utilizar esta técnica de retorcer la realidad en función de sus intereses desde Trump y con evidencias anteriores.
Poco a poco, hemos ido amoldándonos a lo que sucede alrededor y pensar como un abogado se ha vuelto algo común en nuestra vida cotidiana. Contamos sólo aquellas partes de información que nos convienen, como cuando nuestra madre nos pregunta qué tal nos ha ido en clase y omitimos la parte de los resultados del examen de matemáticas. Hemos contado sólo lo que nos interesaba contar.
Razón: Artículo de opinión en el marco de la asignatura Periodismo especializado y basado en el artículo Por qué los datos ya no convencen a nadie, en http://www.voxpopuli.com/next/datos-convencen-nadie
Temática: Rechazo a los datos que no comulgan con las creencias.
Alumnos: Xana del Mar Vázquez Montelongo.
Curso: 2018-2019.
Asignatura: Periodismo especializado.