Yerga es una okupa. Eligió un lugar para vivir en Alfaro (La Rioja) sin pedir permiso a su propietario. En invierno se va a Senegal, pero siempre vuelve y okupa el mismo hogar en España, sin que nadie le tosa.
Blas es otro okupa, pero este no es de tanto viaje. Él vive en Pinilla del Valle (Madrid), que es donde le ha dado la gana instalarse, sin preguntarle a nadie, faltaría más. Frecuenta los vertederos de Valdemingómez y Colmenar Viejo. Cuando hace más frío duerme en las graveras de El Porcal, en Rivas-Vaciamadrid.
El peso de los hogares de Yerga y de Blas sobre las propiedades en las que se asientan es descomunal. Ni que decir de lo que afecta a la imagen exterior, cualquiera que se fije puede ver a los okupas campando a sus anchas, sin ningún recato; hasta se exhiben como Dios les trajo al mundo, con toda naturalidad a la vista de cualquier vecino. Para colmo no paran de llevar todo tipo de porquería que les valga para estar más cómodos. Y no se te ocurra intentar expulsarles, que te enfrentarías a un posible delito, además del escarnio público de quienes defienden a los más indefensos.
La calaña de okupas es una lacra en España. Sin embargo, el caso de nuestros protagonistas tiene un pase: Yerga y Blas son cigüeñas. Cigüeña ella y cigüeño él, si nos ponemos muy tiquismiquis. Ambas aves fueron objeto de seguimiento geolocalizado en el programa Migra de SEO Birdlife para analizar la migración de las cigüeñas en España.
Cada vez son más las cigüeñas blancas que permanecen todo el año en la península porque los inviernos son progresivamente más suaves y por el fácil acceso a la comida de los vertederos cercanos a las ciudades. Un comportamiento observado sobre todo en los ejemplares más adultos, porque los más jóvenes sí suelen migrar al sur del Sahara, ¡que hay que ver mundo!
Cada año, la misma pareja de cigüeñas vuelve al mismo nido, si es que se fue. Los nidos miden unos 2 metros de diámetro y están en permanente construcción acumulando de 200 a 400 kg de palos, trapos y cualquier cosa que mejore el confort del hogar en el que criarán a los cigoñinos o cigüeñatos. De ello se encarga el macho, que es el que vuelve primero al nido y lo prepara para el romántico apareamiento. ¿Quién no ha oído alguna vez el castañeteo de los picos de las cigüeñas? Es el crotoreo con el que la pareja se regala piropos.
En España hay unos 36.000 ejemplares de cigüeña blanca, según el último censo realizado en 2020, estabilizándose con un ligero incremento la población desde el censo anterior de 2004. O sea, que la cigüeña no es una rara avis en nuestro país y admitimos de buen grado su okupación en nuestras torres, silos y demás ubicaciones de altura.
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Razón: ‘Enfoque Tomix’ es una selección de imágenes comentadas con las que descubrir algo nuevo a través de la óptica particular de @DaniTomix (Instagram y Twitter).
Temática: Orígenes del Real Colegio Seminario de los PP. Agustinos Filipinos de Valladolid.
PAS: Daniel Tomillo Colomo. Departamento de Admisiones y Marketing UEMC.
Especialización: Observar, indagar para descubrir algo y aprender antes de dormir.