Who wants to live forever? se preguntaba -o nos preguntaba- el cantante de Queen, Freddy Mercury, allá por 1986, mientras nos hacía vibrar con su increíble voz. Esta canción fue incluida dentro del álbum A Kind of Magic en un momento en el que la banda y sus miembros estaban atravesando varias crisis personales, entre ellos, Brian May, artífice de la letra. Fue incluida en la banda sonora de Highlander (1986), que se tradujo en España como Los inmortales.
Los occidentales no solemos pensar en la muerte y su trascendencia. En la actualidad, con este ritmo desenfrenado en el que nos vemos inmersos diariamente da la sensación, como decía mi querida Mafalda (Quino), que “Es la vida la que nos lleva por delante”. En este breve viaje, cuya estela es nuestro paso por este mundo, vamos a velocidad supersónica, y cuando menos lo esperamos, nos convertimos en historia, a menudo olvidada.
Y hablando de historias, os contaré una. Se trata de la breve historia de la rosa Margarita. Ahora que después del ajetreo de las Navidades, los días empiezan poco a poco a alargarse, y vamos teniendo -a mí me ocurre al menos- añoranza de la primavera, que trae el renacer de las flores.
Érase una vez una niña nacida en Canero (Asturias) a quien pusieron de nombre Margarita. Seguramente le encantaba coger flores y olerlas, como a mí, o no, pero todavía le gustaba más aprender e investigar. Quizás, siendo aún muy pequeña, imaginaba cómo dar solución a problemas para lograr mejorar la vida de las personas. Entonces no lo sabía, pero llegaría a ser una de las mejores científicas de España, reconocida mundialmente. Margarita, de apellido Salas, tuvo que trabajar y estudiar mucho para convertirse en química y dedicarse a la investigación y a la docencia, sus grandes pasiones. En ello, seguramente, tuvo que influir su maestro y mentor Severo Ochoa, quien obtuvo en 1959 el Premio Nobel de Fisiología o Medicina. Tras doctorarse en Bioquímica, donde conoció al que sería su compañero, colega de profesión, además de su marido, Eladio Viñuela, con el que viviría hasta que Eladio falleció en 1999.
Ambos pasaron unos años en Nueva York ampliando sus estudios y regresaron a España gracias a una beca, iniciando así una línea de investigación innovadora centrada en el fago Phi29 (virus que infecta a las bacterias), y cuyo estudio fue continuado por Margarita, a quien le gustaba enseñar y formar a las nuevas generaciones de investigadores. Según sus propias palabras: “Hay que tener entusiasmo y paciencia para transmitir pasión por la investigación, dedicación y rigor experimental. Pero con buenos estudiantes, no es difícil hacer escuela”. Muchos fueron los que pasaron por su laboratorio y se convirtieron así mismo en grandes investigadores (fueron conocidos como los margaritos).
También recibió numerosos premios y reconocimientos a su labor. Pero todas las historias tienen un final y la parca no perdona a nadie, al menos por ahora, y Margarita Salas [i] falleció el 7 de noviembre de 2019. Fue un día triste para la ciencia y para los que conocieron a esta discreta mujer. Pero Margarita y su legado permanecerán en el tiempo, así como su fragancia en forma de rosa.
Si paseas por los jardines del Hospital Universitario 12 de octubre de Madrid podrás disfrutar de la rosa Margarita Salas, variedad creada por Matilde Ferrer, hibridadora, y que fue inaugurado en 2021. La rosa Margarita no está sola, a su lado florecen los rosales dedicados a Concha Espina y a Santiago Ramón y Cajal, nada menos. Podemos imaginar las charlas tan interesantes que tendrán los tres. No me imagino una mejor forma de vivir para siempre que reencarnada en un rosal.
[i] En Madrid se encuentra la Fundación Margarita Salas que “nace con el objetivo de despertar vocaciones científicas en todas las edades que proyecten la investigación en nuestro país a través de la inspiradora figura de la científica asturiana.”
Razón: La antigua alumna Carmen Arroyo Martín, Doctora en Ciencias de la Documentación, colabora con el blog Vuélcate con su sección Cultura, creatividad y sociedad.
Temática: Recordando a la científica española Margarita Salas: https://orcid.org/0000-0002-2241-3581.
Antiguo alumno: Carmen Arroyo Martín.
Especialización: Máster en Dirección y Gestión de Industrias Culturales y Creativas (Semipresencial).