Beatriz Fernández Duque es ingeniera de montes, estudió en la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia y actualmente está realizando su doctorado en física, concretamente sobre la determinación de las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4) en la meseta norte castellana. El pasado jueves, 12 de abril de 2018, ofreció una charla a los alumnos de 3º de Ciencias ambientales y 4º de Periodismo titulada Medidas experimentales de concentraciones de CO2 y CH4 a nivel troposférico. Esta charla se enmarca dentro del ciclo de actividades programadas por el profesor Norlan Ruíz Potosme en su asignatura de Contaminación atmosférica.
Pertenece al Grupo de Contaminación Atmosférica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valladolid (UVA), concretamente en la sección de física aplicada. Son el único equipo en la Península Ibérica que forma parte de la NOAA, una subdivisión de la NASA que se encarga de asuntos ambientales y atmosféricos. Modelizar y parametrizar esas concentraciones de CO2 y CH4 les permite explicar cómo crecen o disminuyen a lo largo del tiempo.
¿Qué efectos tiene la contaminación existente sobre la vida?
Son muy negativos. Las altas concentraciones de CO2 producen un aumento de la temperatura media del planeta. Se produce una retroalimentación positiva ya que al elevarse la temperatura global se producen mayores cantidades de CO2, afectando por consiguiente a nuestro organismo. Bien es cierto que en nuestra región la cantidad de partículas contaminantes no suelen superar las situaciones límites. En verano sí que hay alertas por ozono en algunos momentos que afectan sobre todo al sistema respiratorio y generan fatiga. En general, tenemos una región con una contaminación relativamente baja y hay que tener en cuenta que cada persona responde de manera distinta a la contaminación.
¿Cuáles son las principales fuentes de emisión de CO2 y CH4?
La quema de combustibles fósiles, las actividades industriales y el cambio del uso del suelo. El suelo es uno de los mayores reservorios de carbono, el cambio de su uso lleva consigo la alteración y rotura de su microestructura, produciéndose la liberación del carbono que previamente estaba contenido en los poros del suelo. El CH4, es decir, el metano, proviene también de actividades ganaderas que liberan grandes cantidades de metano a la atmósfera.
Para frenar la contaminación, qué medidas serían eficaces.
Las restricciones de tráfico son eficientes, pero si las actividades industriales no se limitan a la vez no se avanza. Sin embargo, una economía depende de esa industria por lo que no se puede paralizar. Debemos ser conscientes de que todo país necesita una industria para crecer económicamente, lo que implícitamente lleva asociado la inmisión de partículas contaminantes a la atmósfera. Sin embargo, podemos avanzar industrialmente con tecnologías eficientes y respetuosas con el medio ambiente. En definitiva, debemos seguir produciendo pero de una forma menos contaminante. Diversos estudios científicos avalan la dispersión de partículas contaminantes, desplazándose largas distancias en un escaso periodo de tiempo. Es por ello, que el desarrollo y la implementación de estas medidas es beneficioso para la comunidad en general. La contaminación es un problema que afecta a todos y por ello todos debemos actuar.
¿Cómo se obtienen los datos de contaminación del aire?
Nosotros trabajamos con datos en tiempo real obtenidos de la estación CIBA (Centro de Investigación de la Baja Atmósfera), situado a unos 40 kilómetros de Palencia y a unos 24 kilómetros de Valladolid. Esto hace que sea especialmente vulnerable a las emisiones de ciertas actividades industriales como las procedentes de cementeras o de la fábrica de Renault, que repercuten en los datos que posteriormente analizamos. Contamos con varias torres meteorológicas para observar la evolución de las concentraciones a diferentes alturas. Hay anemómetros que muestran la dirección y velocidad del viento, termómetros, medidores de radiación solar… Destaca un analizador de concentraciones de gases para monitorizar las concentraciones de CO2, CH4 y H2O en continuo.
¿Cómo influyen los incendios forestales en las mediciones?
Las columnas de humo, en ciertas ocasiones como las procedentes de los abundantes incendios en la zona de León, se desplazan muchos kilómetros y llegan a la estación.
Trabajan en una serie temporal de siete años y con datos cada media hora, a qué conclusiones han llegado.
Las concentraciones de CO2 en Castilla y León son bastante similares a las globales, a nivel mundial, pero en metano nos situamos ligeramente por encima de la media. Esto se debe a que es una zona agrícola con mucha presencia de ganado ovino que incrementa las concentraciones.
¿Cómo afectan los cambios de estación anuales a la contaminación atmosférica causada por el dióxido de carbono?
En el caso del dióxido de carbono (CO2), el ciclo es mucho más complejo que el del metano (CH4). Hay dos máximos. El primero se produce en el mes de abril. En nuestra latitud, el mes de abril se caracteriza por ser un mes con abundantes precipitaciones con lo que aumenta la vegetación en la zona y, por tanto, los procesos de respiración de las plantas. De este modo, se incrementan las concentraciones de carbono durante la noche. En noviembre hay otro máximo, causado por las actividades agrícolas que producen una rotura de la estructura del suelo con el uso de aperos de labranza, liberando este gas a la atmosfera. Los mínimos se producen en agosto debido en parte a la fotosíntesis de las plantas que absorben carbono, disminuyendo por tanto el CO2 atmosférico.
Y en el caso del metano…
El ciclo del metano registra un único máximo, localizado en los meses más fríos de invierno por su menor capacidad de destrucción. Por el contrario, el metano registra sus valores mínimos en verano. Cabe destacar que, en el caso del dióxido de carbono y del metano, las concentraciones mínimas se registran en los meses estivales. Este hecho se debe fundamentalmente al aumento de los fenómenos dispersivos y de dilución de partículas contaminantes. Además, es importante tener en cuenta que en verano la capa límite de la atmósfera aumenta en nuestras latitudes, disminuyendo la concentración de los gases al estar contenidos en un volumen mayor.
¿Para qué se utilizan estos datos?
Uno de los trabajos que estamos llevando a cabo en los últimos meses es el estudio de procedencia de masas de aire que impactan en la zona de estudio y su posible relación con la presencia de altas concentraciones de CO2 y CH4 en la zona. Así podemos conocer el origen de una masa de aire para poder relacionar las concentraciones finales que nosotros medimos con las posibles fuentes y sumideros que ha podido encontrarse dicha masa de aire en su recorrido. Este tipo de estudios son muy útiles para cuantificar los efectos de catástrofes naturales como, por ejemplo, Fukushima. Predecir el alcance y el tiempo de llegada de una masa de aire cargada de partículas contaminantes es de gran ayuda para alertar a la población afectada. Diversos estudios, afirman que columnas de humo procedentes de incendios en Estados Unidos han alcanzado la península ibérica. Cada día recibimos intrusiones saharianas. Por ello se dice que la contaminación es un fenómeno global, que nos afecta a todos.
“La parte más importante de
la investigación
es la divulgación de los resultados.’’
– Beatriz Fernández Duque
¿Qué hace falta para concienciar a la sociedad de esta realidad?
A los científicos nos encanta investigar, pero nos falta llegar a la sociedad. Hay que acudir a los medios de comunicación. La gran mayoría de las veces se hace un estudio, se manda a una revista, se publica y se pasa a otra cosa. No se continúa expandiendo ese impacto del estudio para que cale en la sociedad. La parte más importante de la investigación es la divulgación de los resultados. Este es un punto en que los científicos fallamos, no sabemos manejarlo bien. Estamos encerrados en nuestro mundo científico y nos olvidamos de la parte social. En realidad, todo son ventajas ya que el impacto social generado añadiría presión a las instituciones para aportar más recursos a la ciencia. Los medios de comunicación y la ciencia han de aunar fuerzas para obtener un gran beneficio mutuo ya que son sectores clave de la sociedad y entre los que pueden generarse sinergias. La sociedad demanda conocer cómo y en qué se utiliza el dinero destinado a investigación. Muchas veces no se invierte más porque no se sabe a dónde va y se debe a la falta de divulgación.
Razón: Desde una metodología interdisciplinar, los alumnos de 4º Grado en Periodismo y los alumnos de 3º Grado en Ciencias Ambientales asistieron el jueves, 12 de abril de 2018, a la charla: Medidas experimentales de concentraciones de CO2 y CH4 a nivel troposférico. Beatriz Fernández Duque fue la ponente al formar parte de la investigación Medida y valoración de la evolución temporal a diversas escalas de los principales gases invernadero en la meseta norte, financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad y concedida a la Universidad de Valladolid. El objetivo consistía en que los alumnos de Ciencias Ambientales aprendieran conocimientos especializados y que los de Periodismo actuaran como periodistas medioambientales ante un asunto complejo, entrevistando a la investigadora.
Temática: Causas y consecuencias de la contaminación atmosférica.
Alumnos: Laura Van Hoeylandt González.
Curso: 2017-2018.
Asignatura: Periodismo especializado y Contaminación atmosférica.