Es fácil, así que vamos al grano: el cariópside es indehiscente en los tres casos, pero el del centeno es un poco más alargado que el del trigo, que a su vez es un poco más grande y menos redondeado que el de la cebada. Si no lo ves claro, puedes fijarte en la estípula situada entre el limbo y el pecíolo de las hojas: las lígulas del trigo no tienen dientes, al contrario que la cebada, y las aurícolas de ambas abrazan el tallo, aunque no aprietan. Por su parte, el centeno tiene las lígulas como la cebada, aunque los dientes son cortos y triangulares; y las aurícolas son menos cariñosas y no abrazan nada.
¿Qué? ¿ni papa? Pues a ver si vamos afinando… Fíjate en la espiga: la del centeno es delgada y larga, compuesta de espiguillas sésiles distribuidas a lo largo del raquis o eje a razón de una por cada diente. Las espiguillas del trigo y del centeno son plurifloras en cada nudo, mientras que las de la cebada son unifloras.
Venga, te doy la pista definitiva: la espiga del trigo casi no tiene aristas o pilosidades, la de la cebada sí (un poco más largas), pero nada comparado con las del centeno, que son largas como si fuera un pincel.
Ahora que ya eres un experto, dime: ¿con quién estoy?
La Espiga (de oro o de plata) es el principal galardón de la Seminci de Valladolid desde 1974, tras el Lábaro (de 1959 a 1973) y el Don Bosco (desde 1958). Las dos primeras ediciones de la Semana de Cine Religioso (origen de la actual Semana Internacional de Cine) no tuvieron carácter competitivo.
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Razón: ‘Enfoque Tomix’ es una selección de imágenes comentadas con las que descubrir algo nuevo a través de la óptica particular de @DaniTomix (Instagram y Twitter).
Temática: Diferencias entre el trigo, la cebada y el centeno.
PAS: Daniel Tomillo Colomo. Departamento de Admisiones y Marketing UEMC.
Especialización: Observar, indagar para descubrir algo y aprender antes de dormir.
