Una pantalla digital y un puntero. Francisco Sanz Requena no necesitaba más para explicar qué condiciones se necesitan para que exista vida en otros planetas, cómo han evolucionado las técnicas de búsqueda o la importancia, en general, de la ciencia. Algo tan enrevesado como encontrar agua en situaciones distintas, simplificado en una charla de dos horas para los alumnos de Periodismo especializado en ciencia de la UEMC el pasado 26 de marzo. Todo con una conclusión final: “nada es para siempre”.
El astrónomo denomina su charla ‘La Triple Huella’ por la combinación de tres gases: ozono, carbono y agua. El resultado es encontrar vida tal como la conocemos. “Es más sencillo buscar vida en otros planetas mediante una combinación de factores que conocemos que descubrir una desde cero”, aclara Sanz Requena. Ese “punto azul pálido”, refiriéndose a una cita del documental Cosmos, es solamente una fracción ínfima que compone la Vía Láctea y que, a su vez, conforma parte del Universo. Son conocimientos básicos pero esenciales para llevar a cabo la búsqueda de vida en exoplanetas, aquellos que giran en torno a otras estrellas.
La gran dificultad es hallar dónde están aquellos exoplanetas que cuenten con las condiciones idóneas para albergar vida. “La distancia se puede medir de dos formas distintas: en años luz, que es el recorrido que realiza la luz en un año, o en unidades astronómicas, que es la distancia entre la Tierra y el Sol, y equivale a 150 millones de kilómetros”, explica el astrónomo. A su vez, para encontrar exoplanetas se pueden llevar a cabo tres técnicas indirectas de búsqueda. En primer lugar, al girar alrededor de un astro y pasar por delante, la luz que emite ese sol y que llega a la tierra se ve distorsionada por el planeta. Por ello, se puede detectar si existe o no. Por otro lado, también se pueden encontrar exoplanetas mediante una técnica basada en el efecto Doppler. Cuando se aleja el planeta, la onda de luz que le llega es distinta a la que recibe cuando el planeta se acerca, por lo que se cumple el efecto y se puede determinar que tiene una órbita y, por tanto, que forma parte de un sistema solar. La tercera técnica indirecta se centra en el propio astro porque si tiene un exoplaneta girando a su alrededor recibe algún un efecto. El experto asegura que “las tres son efectivas” y que utiliza la técnica basada en el efecto Doppler en sus proyectos de investigación en el observatorio de Calar Alto (Almería).
Estos avances en la ciencia permitieron que en noviembre de 2013 se descubrieran 794 sistemas planetarios, en los cuales había en total 1.048 planetas, independientemente de sus características aptas para generar vida o no. En febrero de 2017, se descubrieron 2.680 sistemas planetarios y en total 3.570 planetas. No obstante, Francisco Sanz Requena recalca que “la prioridad ya no es encontrar exoplanetas, es observar si aquellos que ya se han encontrado tienen las condiciones necesarias para albergar vida. Pero cuando hablo de vida no me refiero a vida inteligente tal como nosotros imaginamos, sino vida en cualquier forma”. Estas condiciones son cuatro: que haya agua líquida, que haya carbono, oxígeno e hidrógeno, que se disponga de energía y que haya presencia de una atmósfera. El puzle que conocemos actualmente está compuesto por estos factores, y por ahora no se han encontrado sistemas que contengan las mismas piezas.
La búsqueda tiene un último pero determinante giro: todo cambia a medida que pasa el tiempo, y por ello, Sanz Requena insiste en que “nada es para siempre”. Puede que la información que reciban los expertos hoy sea de una estrella o planeta tan lejanos que en realidad ya no existan cuando se llegue realmente hasta ellos pero no hay forma de saberlo porque evolucionan según se modifiquen sus características. El experto plantea que “probablemente hubo agua en Marte” pero que la propia transformación del planeta la destruyó. El Sol también cambia según avanza el tiempo y “aunque ahora tenga aproximadamente una edad intermedia, llegará un día en que se destruirá y acabará con el Sistema Solar”.
La ciencia evoluciona constantemente y el astrónomo insiste en el derecho que tienen todas las personas a saber cómo cambia y en qué se invierte el dinero. Los expertos no sólo luchan contra la falta de recursos para la ciencia, sino que, además, también contra la mala comunicación de la ciencia, concretamente, la pseudociencia. Al igual que la ‘’astrología no tiene nada que ver con la astronomía’’, aclara Francisco Sanz Requena, la pseudociencia no se puede comparar con la propia ciencia.
Razón: Los alumnos contaron con la presencia de un científico divulgador que les ofreció una charla sobre la posibilidad de vida en otros planetas. De este modo, practicaron la entrevista reportajeada y desarrollaron sus capacidades como periodistas científicos.
Temática: Condiciones para la localización de vida tal y como la conocemos en otros rincones del universo.
Alumnos: Laura Van Hoeylandt González.
Curso: 2017-2018.
Asignatura: Periodismo especializado.