El pasado 20 de abril a las 19:30 pasadas y con 20 minutos de retraso, el Teatro Zorrilla de Valladolid bajaba las luces para acoger la tercera cita de la primera jornada de Valladolid en la Lengua. Un encuentro organizado en recuerdo a la firma del “Documento de Valladolid” en 1994 por varios de los Premios Cervantes del momento para aunar a España e Iberoamérica en torno al español. La iluminación tenue y anaranjada y en el escenario una butaca y un sofá de corte clásico que barruntaba un encuentro con solera. En aquel ambiente y bajo la atenta mirada de un público tanto joven como adulto, tomaron asiento entre aplausos dos Premios Cervantes. El español Eduardo Mendoza, galardonado en 2016, y el nicaragüense Sergio Ramírez, premiado en 2017, protagonizaron una conversación cargada de humor, anécdotas y reflexiones moderada por el columnista Chapu Apaolaza.
A los pocos minutos de que el periodista lanzara la primera pregunta, la primera de las amenazas, repetida varias veces en la conversación, fue mencionada por Eduardo Mendoza: la tecnología. El literato estableció que “el español está perdiendo con el uso de las tecnologías”. Por su parte, Sergio Ramírez apuntó que, aunque vivamos en un mundo global, la cultura estadounidense es la que ejerce mayor influencia sobre nosotros, porque el inglés es el idioma digital y muchas veces la obtención de conocimiento a través de libros tecnológicos o científicos supone una limitación.
Tras este primer enfoque algo desilusionado, ambos escritores debatieron con orgullo sobre la fuerza creativa del español al ser preguntados por su capacidad de expansión. El centroamericano lo calificó como vampiresco porque siempre ha sido capaz de adaptarse y nutrirse de otros, y los dos dieron importancia a lo popular y a lo coloquial ya que, como apuntó Ramírez, “el habla se crea en la calle”.
El foco volvió a ponerse sobre la tecnología cuando Apaolaza abrió el debate del idioma como obstáculo. Sergio Ramírez quiso dar la vuelta a este enfoque y alegó que, a pesar de percibir la tecnología como una frontera evidente y confesar que “el español tiene posibilidades de entrar en crisis” por su culpa, una de sus ventajas es que “hace imposibles las prohibiciones”. Sin embargo, la conversación volvió a tornarse gris al poco rato cuando el latente conflicto entre el español y el catalán salió a la luz. Eduardo Mendoza declaró sobre este asunto que la instrumentalización del idioma es inevitable cuando se mezcla con la política, pero que “la fuerza de los idiomas es tal, es algo tan inherente al ser humano, que esta instrumentalización en la práctica no existe”. A su comentario, Sergio Ramírez mencionó otra de las grandes amenazas de nuestra lengua: la cultura “woke”, su afán por el lenguaje políticamente correcto y su censura, la cual Mendoza calificó contundentemente como ridícula.
Con todo ello, podría decirse que el encuentro, organizado por la Fundación Godofredo Garabito y Gregorio, hizo justicia a su subtítulo: los rostros de la cultura. En una hora escasa de duración, dos grandes figuras del panorama lingüístico español, que en ningún momento mostraron posturas diferenciadas sobre los temas tratados, ofrecieron al espectador numerosas reflexiones sobre su idioma, le instaron a posicionarse sobre el solotildismo y, además, le hicieron reír a carcajadas. A pesar de que Chapu Apaolaza contó con intervenciones algo extensas o demasiado personalizadas, el largo aplauso con el que el público puso fin al evento fue prueba indiscutible de su satisfacción.
Razón: Los alumnos de Periodismo especializado -sección cultura- acudieron a la conversación entre los premios Cervantes, Eduardo Mendoza y Sergio Ramírez, para elaborar una crónica del evento, enmarcado en Valladolid en la Lengua, el 20 de abril de 2023 en Teatro Zorrilla.
Temática: El español en el mundo.
Alumnos: Amanda Chulilla Pelayo (texto y fotografía).
Curso: 2022-2023.
Asignatura: Periodismo especializado.