El alma está en el cuerpo como un
diamante en bruto; y debe ser pulida,
o su brillo nunca aparecerá.
Daniel Defoe
A Julia
– ¿Sabes algo?
– Desconoces los principios básicos en los cuales se sostiene una relación entre un hombre y una mujer.
_ ¿A qué te refieres?
-A veces lo que parece a primera vista una composición literaria rimbombante es simplemente una invención de creatividad literaria dirigida con un sólo propósito: tocar las fibras más sensibles del corazón humano, es decir el corazón de una mujer… como es en este caso.
– ¿Puedes ser más explícita? No capto muy bien el mensaje que quieres transmitirme.
-Hay momentos en la vida que cada cual crea su propia burbuja de cristal donde quiere ser feliz, donde necesita creer que es feliz. Ahí se refugia del mundo exterior de sus circunstancias más inmediatas, relaciones sentimentales catastróficas, familiares absorbentes, apegos emocionales, en fin; situaciones tan desgastadoras e injustas que el día a día te presenta.
-Eres muy ingenua. Lo entregas todo. Y con esto no quiero decir que como mujer no te valoras. Sencillamente que lo crees todo. Porque tú eres un libro abierto que se puede leer fácilmente. Tus sueños son como tus cicatrices; respiran a flor de piel.
-Es que yo tengo una forma muy mía de amar. Yo desnudo el alma del otro para así poder desnudar mi alma. Una simbiosis de valores es fundamental, una conexión espiritual es vital, una larga espera es prudente y un roce de piel es estremecedor.
-Creo que así el corazón ama de verdad.
-Y sufres más.
– ¿Por qué lo dices?
-Porque la escala en la cual amas es inusual y utópica.
– ¿Cómo qué utópica?
-La esfera más alta dentro de la burbuja de cristal es como la montaña más alta de una aldea lejana.
– ¿Crees que cuando amo busco la perfección? Yo no necesito desnudar mi piel.
– ¿Y quién te dijo que para amar hay que desnudar la piel?
– ¡Eso no es amor! Eso se llama posesión o apego pasional.
-A mí me basta sumergirme en la mirada del otro. Navegar hacia un rumbo desconocido de caricias nuevas e innombrables. Descubrir un continente. Civilizarlo y posteriormente poblarlo.
-Me consta tu sensibilidad. Y te recuerdo que no todo el mundo “ama” de igual manera y no esperes que te amen de la misma manera que amas tú. Esto conlleva a un recorrido intrínseco, objetivo y pausado a través de tu ser. Es mejor ser víctima de tu propia burbuja que alguien te convierta prisionera dentro de su burbuja. Hay mujeres que cuando aman… aman demasiado.
-Y hombres también.
– ¡Por supuesto!
-Por ello, cada vez que sientas deseos de dejar de existir en este mundo. Recuerda mi voz. Mi sintonía. Toma mi mano que lleva un diamante en bruto de fortaleza y rompe el cristal de la burbuja. Alza el vuelo y crea tu propio horizonte.
– ¿Rumbo?
– El que tú quieras, el que te haga feliz.
-El que me permita renacer cada mañana y ayudar al que lo necesita. Un rumbo que transforme mi mirada. Unos ojos que reflejen mi mirada de mujer.
-Tu delicadeza de niña y ecuanimidad de adulta.
– Y que no se me olvide: la fe en lo divino.
-Pero te ruego algo. No se te olvide devolverme el diamante en bruto. Lo necesitaré para ayudar a quebrar otras burbujas y deja la puerta entreabierta cuando salgas.
– ¡No lo olvidaré! ¡Hasta la próxima consulta!
Razón: Silueta con voz de mujer responde al nombre de la colaboración literaria mensual que la profesora del Grado en periodismo semipresencial, Ruth Amarilis Cotto Benítez, efectuará en Vuélcate. Se trata de una serie de relatos cortos que empoderen a las mujeres.
El logo de su colaboración ha sido cedido por el pintor Alejandro Conde. Se trata de su obra titulada Mujer con sombrero. Y este mismo pintor colabora con otras obras cedidas para ilustrar específicamente algunos relatos de la autora.
Temática: Amor.
Profesor: Ruth Amarilis Cotto.
Especialización: Filología Inglesa. Dpto. Ciencias Sociales (UEMC).