El 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Promovido por Naciones Unidas en el año 2000 con el fin de concienciar sobre este grave problema mundial, su origen se remonta a 1981 cuando militantes y activistas en favor del derecho de la mujer lanzaban sus protestas ante la violencia de género y en honra de la memoria de las hermanas Mirabal, asesinadas en 1961.
La violencia física, sexual y psicológica, contra mujeres y niñas es una de las formas de violencia más extendida, persistente e impune del mundo actual. La disponibilidad de datos de los últimos años ha aumentado la visibilidad de esta problemática, pese a las terribles cifras e historias que representan. Algunos de ellos se reflejan a continuación, y pueden ampliarse en la web de ONU Mujeres, en el Instituto de la Mujer e Igualdad de oportunidades, así como en otras instituciones nacionales e internacionales. “Una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por parte de un compañero sentimental; Cada día, 137 mujeres son asesinadas por miembros de su propia familia; El 71% de las víctimas de la trata en todo el mundo son mujeres y niñas, y 3 de cada 4 de ellas son utilizadas para la explotación sexual; En 2019, una de cada cinco mujeres de 20 a 24 años se había casado antes de cumplir los 18; Al menos 200 millones de mujeres y niñas de 15 a 49 años han sido sometidas a la mutilación genital femenina en los 31 países en los que se concentra esta práctica[1]”.
Sin duda, es necesario tomar conciencia de esta situación que nos rodea, que más allá de estas tristes cifras, refleja, entre otros, un problema de educación, de educación en desigualdad entre hombres y mujeres, desigualdad alimentada por la mayoría de las culturas.
La educación, por lo tanto, es una de las bases para un futuro libre de violencia de género que luche contra los mitos, los estereotipos, la estigmatización o los prejuicios de las desigualdades entre hombres y mujeres.
La universidad a través de sus aulas y espacios, entre los que se encuentra la biblioteca universitaria, es un contexto idóneo para la educación en valores igualitarios y solidarios. Son numerosas y muy diversas las actividades que desempeñan las bibliotecas universitarias para contribuir a tal fin. Exposiciones bibliográficas y documentales con fondos seleccionados que recorren los diferentes aspectos de la violencia de género; talleres para la detección, análisis y prevención del sexismo en ámbitos como la publicidad, la comunicación, la literatura, el cine, la oratoria, etc. ; talleres de búsqueda de información en las distintas bases de datos sobre violencia de género ; conferencias, charlas y propuestas de lecturas de interés sobre el tema comentadas; espacios colaborativos donde los usuarios expresan y comparten sus sentimientos y pensamientos contra esta lacra; representaciones teatrales o visuales que cuentan historias sobre mujer y violencia, etc.
La Biblioteca de la Universidad Europea Miguel de Cervantes ha seleccionado de entre su fondo diferentes obras que abordan la violencia de género desde distintas perspectivas, entre ellas puedes encontrar el ensayo “Amar Bajo el Terror. Por qué algunas mujeres maltratadas matan y cómo la sociedad responde” o películas como “Te doy mis ojos”. La exposición bibliográfica y documental “Rompamos el silencio” que está acompañada de carteles con distintos datos sobre la violencia contra la mujer, puede visitarse del 25 de noviembre al 10 de diciembre en la sala de lectura de la biblioteca.
Queda un largo camino que recorrer para erradicar la violencia de género, pero con cada pasito que damos avanzamos a su fin.
[1] https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/facts-and-figures
Razón: Los nuevos alumnos que inician sus estudios en la universidad han de conocer todos los recursos que ésta pone a su alcance para ayudarles en la consecución de sus objetivos. La Biblioteca Universitaria es uno de ellos y es más que una simple sala de estudio. De ahí, surge Dulcilea.
Temática: Aportaciones de las bibliotecas a la prevención de la violencia de género o contra la mujer.
PAS: Mercedes Santiago Calvo. Biblioteca Universitaria.
Especialización: Acceso a la información.
