La Cruz de la Victoria -o Cruz de Don Pelayo- es el símbolo de Asturias por excelencia. Y el Puente Romano -o El Puentón- es otro reconocido icono de Cangas de Onís y del resto del Principado. Una reproducción de aquella cruz cuelga del arco central de este puente desde 1939, cuando la Santina regresó a Covadonga de su obligado exilio en París durante la Guerra Civil española.
La cruz auténtica se conserva en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo donde “protege al piadoso y vence al enemigo” desde hace 1.111 años y unos meses, cuando fue donada por Alfonso III el Magno y su esposa Jimena en el siglo IX. Esa inscripción forma parte también del escudo oficial del Principado de Asturias.
De los brazos de esta cruz latina cuelgan las letras griegas alfa mayúscula (A) en el diestro y omega -ô méga (‘o’ grande)- minúscula (ω) en el siniestro. Una representación de la divinidad de Dios: El Principio y el Fin. Desde la primera letra mayúscula hasta la última minúscula. Sin embargo, en la cruz del puente de Cangas más que divinidad hay humanidad: La humanidad de un error que dejó colgando una omega mayúscula (Ω) que quería ser minúscula.
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Razón: ‘Enfoque Tomix’ es una selección de imágenes comentadas con las que descubrir algo nuevo a través de la óptica particular de @DaniTomix (Instagram y Twitter).
Temática: La Cruz de la Victoria del puente romano de Cangas de Onís.
PAS: Daniel Tomillo Colomo. Departamento de Admisiones y Marketing UEMC.
Especialización: Observar, indagar para descubrir algo y aprender antes de dormir.