Se despertaron a la salida del sol. Como siempre, se vistieron, hicieron la cama y salieron de allí dejando la llave en el mostrador.
Al llegar al coche, Crystal se puso al volante.
– Enana, ¿cómo estás? Creo que es hora de volver a casa y ver a los demás.
Ella sonrió frágilmente.
– Como quieras, me da igual.
Crystal se giró dejando el motor a la deriva, la sujetó de la barbilla poniendo el pulgar sobre su labio y la besó.
– Ángel, da igual que sepa tu número, no va a pasar nada.
– O sí. No podemos saberlo.
– Yo lo sé.
Volvió a agarrar el volante.
– Enana, estate tranquila.
– No puedo estarlo, si cada vez estás más en peligro.
– Yo no lo estoy. Además, ha tardado bastante en encontrar tu número, por lo que ha dicho…
– Pero lo ha hecho. Bueno, da igual, volvamos a casa.
– Peque, no da igual; no quiero que estés mal.
Ángela sonrió y le besó la mejilla.
– Nunca lo estaré, si estoy contigo.
– Te amo con locura, idiota. En una hora llegamos, descansa.
– Perfecto. Por favor, no cuentes nada de lo que ha pasado estas semanas.
– De acuerdo, aunque quizá nos podrían ayudar, pero tus deseos son órdenes.
Siguieron la ruta en silencio.
Al llegar, aparcaron bajo un árbol. Salieron del coche. Cuando se acercaron a la puerta, Flow estaba llamando a Antonio a gritos. Crystal la abrió.
– ¿Qué ocurre?
– Nada, Antonio, que tendría que estar aquí para ver cómo ha ido todo tras el entrenamiento.
Flow ni se había dado cuenta de quién era quien hablaba.
– Entiendo, no te preocupes, ahora lo encuentro; sé dónde está. Ángel, quédate aquí, ahora vengo.
Salió de la casa dejándola mientras entraba al comedor. Él se adentró en el bosque cercano. Al poco, encontró a su hermano subido en una rama.
– ¿Qué haces ahí arriba?
Antonio se quedó sorprendido.
– ¿Cómo me has encontrado?
Crystal comenzó a subir hasta sentarse a su lado.
– Siempre venías por aquí cuando estabas mal. ¿Qué te pasa?
– Te echaba de menos.
Le dio un codazo.
– Antonio…
– Crystal… ¿Qué tal estás?
– Bien. No huyas de la pregunta, ¿qué te pasa?
– No me siento en casa… Y no veo que mejore físicamente.
– Date tiempo, no ha pasado ni un mes. Y por lo otro…, me acuerdo de una vez que estaba en casa y tenía la sensación esa de estar en un lugar incómodo con ganas de volver a casa. Ese no era mi hogar, quería huir, quería escapar por fin. Luego vi que estaba en mi cuarto, no me sentía en casa.
– Gracias, pero quedan dos días para que haga un mes desde que os fuisteis.
– Y tres semanas para Navidad. Eso da igual.
– A mí no. Por cierto, ¿qué te ha pasado? Tienes un moratón en la zona del pómulo.
– Nada que debas saber.
Para una lectura más rápida o involucrarse más en la historia también estoy en mi blog: salvamedemimismo.wordpress.com o en Wattpad: Sálvame…de mi mismo @hija_de_osiris
Razón: Oculta bajo el seudónimo de Radio Rebelde -como en la película de Disney- está una persona ambiciosa y enamorada de una historia que es mucho más de lo que parece al ser leída. Es la única forma que tengo de expresarme luchando contra mi miedo de ser juzgada.
Temática: Historia de ficción, de luchas, amores rotos, otros correspondidos y reflexiones sobre todo pese a ser en contra de lo estándar.
Alumnos: Radio Rebelde.
Curso: 2020-2021.
Profesor responsable: Carolina Pascual Pérez (Dpto. Ciencias Sociales).