Según estudios recientes, genéticamente estamos a un par de cromosomas de las especies más cercanas a la nuestra, los grandes simios1. Incluso los seres humanos compartimos más de un 99% del ADN, lo que nos hace plantearnos ¿qué nos hace ser interesantes de cara a los demás? La primera acepción que la Real Academia Española (RAE) proporciona del término “interesante” es “Que interesa o que es digno de interés”. La propia definición denota un carácter subjetivo, puesto que, al fin y al cabo, cada persona tiene unos gustos o filias propias, que da lugar a que consideremos a algo o alguien digno de interés en determinadas circunstancias y en otras no.
En lo concerniente a la moda, podemos encontrar verdaderos iconos prescriptores de tendencias a lo largo de los siglos. Desde Leonor de Aquitania hasta Chiara Ferragni, la lista es larga, y seguramente cada una ha tenido y tiene sus seguidores y detractores, pero, ¿quién podría ser calificada como una persona interesante, por qué y para quién? Para gustos los colores.
Si en el anterior post hacía mención a la inigualable Iris Apfel, persona de sumo interés para mi dado su longeva trayectoria profesional y su alegre y positiva actitud ante la vida, hoy os vengo a hablar de una mujer no muy conocida en nuestro país, pero que la propia Apfel calificaba de ser muy interesante y diferente al resto de las personas que conocía, lo que hizo que me picara la curiosidad e indagara sobre su vida. Me estoy refiriendo a Millicent Rogers (figura 1), conocida como la heredera de la Standard Oil. Millicent nació en 1902 en Manhattan, Nueva York, y pese a estar rodeada de lujo y disfrutar de una vida privilegiada, eso no la libró de que a los ocho años contrajera unas fiebres reumáticas que la acompañaron desde entonces, y que la obligaban a guardar cama. Esta circunstancia, lejos de desanimarla, hizo que la pequeña Millicent aprovechara el tiempo que tuvo que pasar convaleciente dejando volar su imaginación y creatividad y autoformándose. Su enfermedad no la impidió convertirse en una de las mujeres mejor vestidas y con un estilo único, lo que la llevó a aparecer en diversas revistas de moda como Vogue y Harper’s Bazaar y publicaciones como Life. Se relacionó con personalidades de la realeza, diseñadoras como Schiaparelli o Chanel, artistas y estrellas del Hollywood de la época. Desarrolló un gusto por el arte y las joyas fabricadas por los indios nativos americanos cuando se estableció durante una temporada en Taos, Nuevo México, tras su ruptura con Clark Gable, que incorporó a sus diseños. Fue una gran activista en favor de la defensa de los derechos del pueblo nativo americano. En 1953 falleció y fue enterrada en Taos, donde se puede visitar el Millicent Rogers Museum construido en su memoria y cuyas colecciones forman el núcleo de sus fondos. Además, el museo muestra la creatividad reflejada en las artes y las culturas de la región, que inspiró profundamente a Millicent durante sus años en Taos.
1 E. Karlsson, K. Lindblad-Toh et al. «Zoonomia». Science (abril, 2023).

Razón: La antigua alumna Carmen Arroyo Martín, Doctora en Ciencias de la Documentación, colabora con el blog Vuélcate con su sección Cultura, creatividad y sociedad: https://orcid.org/0000-0002-2241-3581.
Temática: Millicent Rogers y su influencia en el mundo de la moda.
Antiguo alumno: Carmen Arroyo Martín.
Especialización: Máster en Dirección y Gestión de Industrias Culturales y Creativas (Semipresencial).
Muy interesante la vida de esta mujer, una gran desconocida!!!