La Martina de Ayllón no es la panadera del pueblo, ni la mujer del Martín, el dueño del bar de la plaza, ni la moza que espanta a los patos del Aguisejo. No es un dulce típico de la villa, ni el ultramarinos de la calle Real, ni la fuente de la Plaza Mayor. No es un fantasma del castillo, ni el nombre de la campana que corona el Ayuntamiento, ni la reina de las fiestas patronales. Pudiera serlo, pero no lo es.
La Martina de Ayllón es una torre, peculiar, única y con nombre propio. Es una torre de origen musulmán, del siglo X. Es una torre albarrana, exenta a los muros del desaparecido castillo. Es una torre de planta pentagonal, atravesada de costado a costado por un paso del camino de ronda. Es una torre vigía rematada con almenas y un campanario. Es una atalaya que regala unas fantásticas vistas de la villa y el infinito del horizonte.
Tras la reconquista de Ayllón por Alfonso VI en el 1085 se levantaron palacios, conventos e iglesias. Entre ellas, la de San Martín del Castillo, que se ubicó a la vera de nuestra robusta torre. Pero el embate del tiempo se llevó la iglesia, quedándose La Martina con el nombre y el campanario. Y así continúa, milenio cumplido, erguida en lo alto del cerro.
La Martina de Ayllón no es una moza soltera. La Martina de Ayllón no es una torre cualquiera.
Albarrán (Del árabe, albará, libre): Aplicábase al mozo soltero, especialmente al dedicado al servicio agrícola.
Albarrana (Del árabe, albarrana, campestre): 2. Torre albarrana. Albarráneo, a (De albarrán): Forastero o extranjero. Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936)
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Razón: ‘Enfoque Tomix’ es una selección de imágenes comentadas con las que descubrir algo nuevo a través de la óptica particular de @DaniTomix (Instagram y Twitter).
Temática: La torre de La Martina.
PAS: Daniel Tomillo Colomo. Departamento de Admisiones y Marketing UEMC.
Especialización: Observar, indagar para descubrir algo y aprender antes de dormir.